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Publicado 24 noviembre 2014



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Hay necesidad de unos Derechos Humanos centrados en la nueva agenda de desarrollo post-2015 que ponga a las personas y el desarrollo sostenible por encima del capital y las ganancias.

Los trabajadores migrantes han contribuido significativamente al desarrollo de sus países de origen a través del envío proporcional de sus ingresos de casa (remesas) a familiares y amigos, para que sus comunidades puedan tener acceso a asistencia sanitaria, educación, alimentos, agua segura y mejores condiciones de vida. Pero los bancos cobran escandalosas tasas de transferencia a estas remesas enviadas por los trabajadores migrantes y sus familias.

De lejos, las contribuciones de los trabajadores migrantes han superado (por tres veces) la ayuda oficial para el desarrollo y asistencia. Esto llevó recientemente a que el Relator Especial de la ONU sobre los derechos de los Migrantes (François Crépeau) acredite a los trabajadores migrantes (en lugar de las políticas de Estado) de ser los que más ayudan a que los países cumplan con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) para el 2015.

Sin embargo, una proporción significativa de las remesas (20 por ciento más o menos) se pierden en las comisiones bancarias y las agencias de transferencia. Se cree que la pérdida es mayor en África, donde un estimado de $ 2 mil millones son escandalosamente tragados por los derechos y cargas impuestas por los bancos y las compañías de transferencia de dinero, como Western Union.

El lunes 10 noviembre, 2014, Australia se unió a otros países del G-20 en una llamada para ejercer presión sobre los bancos y organismos financieros para que reduzcan los gastos de transferencia de las remesas. Se espera que se llegue a un acuerdo en la cumbre del G-20 en Brisbane (Australia) este fin de semana y que los países del G-20 estén de acuerdo en actuar en este problema de las tasas de remesas como parte de la agenda de desarrollo post-2015.

Aunque se trata de un avance importante, el Relator Especial Crépeau insiste en que la agenda de desarrollo post-2015, no debe centrarse únicamente en la reducción de los costes y el aumentar el flujo de remesas, sino más bien en el coste humano de la migración. Cualquier agenda de desarrollo post-2015 debe apuntar a las causas fundamentales del desarrollo mundial, desigual e injusto, y aplicar un enfoque de derechos humanos para el desarrollo sostenible, centrado en el futuro.

En el año 2000 los estados miembros de la ONU aprobaron la Declaración del Milenio. La Declaración llamó a los Estados a cumplir los ocho ODM (Objetivos Del Milenio), que van desde reducir a la mitad los índices de pobreza extrema hasta detener la propagación del VIH / SIDA y proporcionar educación primaria universal para el año 2015.

El 24 de octubre del 2014, frente a los representantes de los 193 estados miembros de la Asamblea General de la ONU, François Crépeau habló muy críticamente sobre los ODM. Crépeau dijo que si bien los gobiernos se comprometieron a la protección y promoción de todos los derechos humanos, el marco de los Objetivos no está a la altura de esa promesa.

En cambio, dijo, "los Objetivos alentaron correcciones técnicas y se centraron más, en la fruta madura, en vez de centrarse en las causas profundas de los problemas de desarrollo". Los ODM no abordaron ni previnieron el aumento de la desigualdad dentro y entre países, lo que lleva a la exclusión social.

Cualquier acuerdo en un G-20 sobre las remesas – marcando una mejora significativa a corto plazo - pondría de relieve un enfoque continuo en el cumplimiento de objetivos fáciles. No hay señales de que cualquier intento de reducir las tasas de transferencia de las remesas sea parte de un proyecto más amplio para hacer frente a las causas profundas estructurales del desarrollo mundial, injusto y desigual.

En abril de 2014, el Banco Mundial informó que se espera que los migrantes internacionales de los países en desarrollo, envíen 436 mil millones de dólares en remesas a sus países de origen este año (llegando a 516 mil millones dólares en el 2016), a pesar de que algunos países reciben cada vez, un mayor número de migrantes deportados.

Que las remesas superen la ayuda oficial para el desarrollo por más de tres veces significa que para muchos países en desarrollo, las remesas son una fuente crucial de ingresos. También superan a los ingresos de las principales exportaciones, y a una parte sustancial de las importaciones.

Por ejemplo, el Banco Mundial informa que, en Nepal, las remesas son casi el doble de los ingresos del país por exportaciones de bienes y servicios, mientras que en Sri Lanka y Filipinas, son más del 50 por ciento y de un 38 por ciento, respectivamente.

En la India, las remesas durante el 2013 fueron de $ 70 mil millones, más que los $ 65 mil millones obtenidos a partir de las exportaciones del emblemático servicio de software del país. En Uganda, las remesas son el doble de los ingresos de su principal producto de exportación, café.

Las contribuciones de remesas son considerables, y reflejan los lazos emocionales y el compromiso que muchos inmigrantes sienten hacia sus comunidades de origen. Sin embargo, que las contribuciones de los trabajadores migrantes (a través de las remesas) superen a los ingresos que los países en desarrollo reciben de sus exportaciones emblemáticas nacionales (como el software y el café en los casos de la India y Uganda, por ejemplo), e incluso la ayuda exterior, es preocupante.

Las estadísticas del Banco Mundial ponen de manifiesto la falta de un pago equitativo a los países en desarrollo, por sus bienes y servicios, exportados para consumo occidental, y la continua explotación de mano de obra barata y los recursos en los países en desarrollo por parte de empresas, en gran parte, basadas en el Norte-global. Además, los trabajadores migrantes que envían remesas a sus hogares, desde los países de acogida, a menudo trabajan en condiciones sucias, difíciles y peligrosas.

Del 2000 - 2014, aunque muchos de los ODM, en gran parte, se han cumplido, los beneficios de las grandes corporaciones multinacionales y los bancos han aumentado, y ahora, más que nunca antes, se ha concentrado la riqueza. La desigualdad dentro y entre los países ha aumentado y los salarios de los trabajadores de todo el mundo se han estancado.

El 24 de octubre del 2014, el Relator Especial François Crépeau dijo que algunos gobiernos habían visto los ODM como una agenda para el crecimiento económico en lugar de un medio para mejorar los derechos humanos.

Describiendo los ODM como "tecnocráticos”" en lugar de transformativos, Crépeau dijo que el enfoque de los ODM se centró “sólo en lo que era fácil de medir y no en lo que era importante, como el empoderamiento de los grupos marginados".

Los migrantes que trabajan en situaciones precarias e irregulares son uno de esos grupos marginados. Los migrantes contribuyen significativamente como miembros de la fuerza de trabajo mundial con el crecimiento, el desarrollo y las exigencias de la producción mundial en una economía globalizada. Incentivos de ganancias "con frecuencia tienen un costo humano", dijo Crépeau. Los Estados son ineficaces en la vigilancia y sanción a empresas que explotan migrantes por su mano de obra barata.

Las empresas también amenazan con retirar las operaciones y / o capital de un país si encuentran normas que impacten ambiental o laboralmente sus fines de lucro - des-incentivando a los Estados a adoptar medidas de protección que alienten los derechos humanos y garanticen el desarrollo sostenible. Al mismo tiempo, la UE y lo EE.UU están negociando en secreto un acuerdo (TTIP) que puede debilitar a los Estados que traten de regular la conducta empresarial en lo que respecta a la salud y el medio ambiente.

Para empeorar las cosas, el aumento de la migración ha dado lugar a un aumento de los sentimientos anti-inmigrante y de xenofobia, que se ha traducido en una mayor discriminación y violencia contra los migrantes, dado que son retratados como personas que vienen a quitar puestos de trabajo y a drenar los servicios sociales en el país anfitrión.

Europa Occidental ha visto un aumento en los partidos políticos nacionalistas de derecha, partidos que distribuyen propaganda anti-inmigración y fomentan desinformación. Medios de comunicación occidentales devotamente propagan y repiten esa desinformación, a pesar del hecho de que se ha encontrado que la inmigración tiene un impacto mínimo sobre el desempleo de los residentes y un impacto global positivo en la generación de empleo e inversión (Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo, International Migration Outlook 2013 (París , OECD Publishing, 2013).

Como se demostró en la experiencia de alcanzar los ODM del 2000 - 2015, las metas de desarrollo se pueden cumplir sin tener ningún impacto real en asegurar un mundo más equitativo y justo. Al mirar hacia adelante con la agenda de desarrollo post-2015, Crépeau llama a los Estados a poner, con firmeza, la igualdad como - una condición previa de todos los derechos humanos -. Hizo un llamamiento para una agenda de desarrollo post-2015 que priorice los derechos humanos y que exista como objetivo claro el hacer frente a otros problemas sociales y económicos derivados del cambio climático, los desastres naturales, los conflictos armados y el sistema financiero mundial.

Sin embargo, las perspectivas de un movimiento hacia un desarrollo justo, sostenible y significativo son pocas. Durante las negociaciones de Rio 2012 + 20 negociaciones de desarrollo sostenible, Canadá, el G-77, y los EE.UU. se unieron contra la responsabilidad de las empresas de respetar los derechos.

Aunque una serie de países latinoamericanos del G-77 (entre ellos Ecuador) han pedido por un modelo de desarrollo que vaya más allá del marco de los ODM, poniendo a la gente antes de que el capital y el beneficio. Un estudio de la ONU publicado en julio 2014 informó que los países de América Latina y el Caribe han trabajado para reducir la desigualdad en sus países, desafiando la tendencia mundial hacia una mayor desigualdad. También han alcanzado muchos de los ODM, incluyendo reducir a la mitad los niveles de pobreza extrema para el año 2015, y Ecuador ha cumplido siete de los ocho Objetivos.

Sin embargo, es cuestionable hasta qué punto una serie de otros Estados están dispuestos o son capaces (en el contexto de una economía globalizada, la desregulación y ofertas comerciales secretas) de proteger los derechos humanos de personas vulnerables y marginadas, reducir la desigualdad y garantizar una dignidad igual para todos los seres humanos.


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Importante para conocimiento de los tienen que tomar las medidas correctivas en la economía mundial.
Importante para conocimiento de los tienen que tomar las medidas correctivas en la economía mundial.
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