Sardar Soleimani, y la lucha incandescente

Se cumple un año del asesinato y martirio por parte de Estados Unidos de la persona que articuló la victoria frente al Estado Islámico y Al Qaeda más allá de la propaganda made in Hollywood tipo Soldado Ryan.

A pesar de la propaganda, intoxicación y las mentiras vertidas sobre Sardar Soleimani, la realidad y la verdad superaron toda falsedad. Más de 18 millones de personas de punta a cabo del mundo despidieron al General Soleimani y sus compañeros, siendo el funeral más multitudinario de la historia... aunque Wikipedia no nos lo cuente.

Fueron despedidos y llorados por millones de hombres y mujeres de todas las etnias, creencias e ideologías políticas... desde kurdos, a árabes, persas o asirios hasta marxistas leninistas palestinos, cristianos o islamistas sunníes del Baluchistán.

Alguna ridícula minoría también lo celebró, entre otros pues Trump, Israel, los terroristas “islamo-marxistas” de la Organización de los Mujaidines del Pueblo (MEK, por sus siglas en árabe) Arabia Saudita, Al Qaeda, el Estado Islámico y parte de las fuerzas cipayas kurdas supeditadas a la Organización del Tratado del Atlántico Norte e Israel como el Partido por una Vida Libre en el Kurdistán (PJAK, por sus siglas en kurdo).

Junto a Soleimani también fueron abrasados Abu Mahdi Al Muhandis eterno luchador iraquí que combatió contra Saddam Hussein cuando funcionaba como títere de occidente, luego al invasor yanqui y posteriormente a Al Qaeda y su versión híper potenciada por occidente, el Estado Islámico. Junto a ellos dos perecían también otros cinco miembros de la resistencia irano-iraqui, a destacar el estratega militar iraní Jadi Tarami que era conocido como el “chavista” por su labor en la asesoría y reestructuración de la Milicia Bolivariana.

Expertos y mercenarios de pluma justificaron (y lo harán hoy otra vez) el asesinato haciendo auténticos malabares cuando fue un crimen y acto de terror sin amparo de ningún organismo, ni del propio Congreso de los EEUU. Además, que Soleimani viajó en calidad de emisario iraní a petición del Gobierno Iraquí para tratar de rebajar las tensiones con el bloque norteamericano-saudí según reconoció el propio premier iraquí, Abdul Mahdi y las filtraciones de Wikileaks.

Estados Unidos, Israel y Arabia Saudí habían sido derrotados en todos los frentes y pensaron que, asesinando a una figura clave del Eje, la estructura de descompondría. Mostraron una gran torpeza ya que el golpe fue emocionalmente fue de un shock brutal, pero estratégicamente de refuerzo y unión.

Soleimani estuvo presente en la humillación libanesa a Israel, en la estructuración de la resistencia palestina, la composición de decenas de milicias que la prensa y los expertos de pluma pagada tachaban como “milicias chiíes o iraníes” pero que en realidad son grupos de defensa local compuestas con una grandísima variedad de etnias y creencias que las Fuerzas Quds supieron acercar a su órbita respetando y preservando sus costumbres y sentimientos de pertenencia, como por ejemplo las brigadas de auto defensa yazidies que componen el mayor grueso de lucha que ese pueblo tan perseguido jamás ha tenido.

Dichas fuerzas y sus aliados fueron quienes liberaron y salvaron a millones de personas en Erbil, Deir Azzor, Falluya o Alepo en Siria.

Soleimani era conocido como el mártir en vida, y como contó su mujer: “Buscaste el martirio en montañas y desiertos, hoy Dios te ha dado lo que ansiabas. Gracias mi General, mi compañero.”

Posterior al asesinato, Irán bombardeó el mayor centro de operación occidental en la zona y aunque algunos guerreros de sofá le quitaron peso o rebajaron el impacto, Irán había sido el único país en el mundo entero que tras la WWII atacó una base norteamericana en el extranjero metiendo 16 misiles balísticos en posiciones norteamericanas. Además de ello, cruzando Afganistán y con poca cobertura mediática fue derribado un avión comunicacional E11 donde pudo haber ido Michael D´Andrea, conocido como Ayatollah Mike, el mayor experto y creador de acciones contra Irán del que disponía Estados Unidos.

El tit for tat empezaba y a lo largo de este año las misteriosas explosiones a lo largo de Irán y sus infraestructuras se han sucedido con frecuencia. También se han vivido ataques terroristas e incluso ejecución de científicos top siempre con la sombra de una supuesta autoría no reconocida de quienes ocupan Palestina.

Pero, aunque Irán ha mostrado una paciencia memorable al no responder a dichos actos de forma directa, también se han dado raras explosiones en buques norteamericanos, explosiones en plantas energéticas israelíes y sobretodo un marcaje sin complejos de la política exterior iraní no dejando atrás a sus aliados.

Es el caso de Siria o la propia Venezuela donde Irán ha sido el único suministrador de hidrocarburos, derivados y accesorios que a pesar de las represalias que podrían haber sufrido o incluso una fricción que pudo llegar a una confrontación bélica no ha abandonado a sus hermanos y hermanas a un lado y otro del charco.

Lo mismo ha ocurrido en Palestina, donde muchos de los países árabes están traicionando al agredido y combativo pueblo palestino en la normalización impulsada por el sádico Trump a cambio de unos cuantos dólares y otros favores más truculentos como “regalar” el Sahara a Marruecos o pagar a Sudan para que acoja a los judíos “de piel oscura” que estaban llegando a Israel y que son tratados como ciudadanos de cuarta.

Hoy millones lloran el martirio de Soleimani, Muhandis y el resto de la resistencia, pero su legado perdura en sus hijas, hijos y generaciones venideras… la revancha prometida llegará, pero no cuando su enemigo apriete para una nueva guerra como lo están intentando Israel y los Saud antes de que Trump abandone la oficina. La respuesta vendrá cuando corresponda y todo apunta que no cesaran hasta la expulsión del invasor atlantista de sus tierras.

Los bloques están definidos y jamás ha sido tan fuerte el vínculo que une a las revoluciones y pueblos que resisten al hiper colonialismo desde Caracas a Tehran, pasando por Managua, Damasco, Nablus, Hodeidah, Basora, La Habana o Beirut.

Soleimani era una figura emblemática, querida y combativa… difícil de reemplazar al igual que otras lo fueron como Ho Chi Minh, Zahreddine, Liudmila Pavlichenko, el Che, Habash, Abdelkrim, la emblemática Shadia Ghazaleh, Boumédiène o Chavez pero que representaban no un componente de esas luchas sino una doctrina revolucionaria que sobrevive a su propia existencia.