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Colombia es un país donde los capitales tienen el dominio de la política pública.

Colombia es un país donde los capitales tienen el dominio de la política pública. | Foto: unipymes.com

Publicado 28 febrero 2015



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Colombia es, pues, la puerta de la devastación en América del Sur. Lo que impidió Chávez en Venezuela, lo permitió Uribe en su país.

Pacific Rubiales Energy es una empresa petrolera canadiense acusada de asociación paramilitar, terrorismo laboral y medioambiental, contra campesinos y obreros colombianos.

Opera desde el año 2008 en la comunidad de campo Rubiales, municipio de Puerto Gaitán, departamento del Meta, por invitación del ex presidente ÁLVARO URIBE VÉLEZ.

Esto lo dice casi todo sobre la empresa.

Pero hay que añadir, que originalmente estaba en Venezuela, pero salió expulsada de ahí en 2004 por daños a la petrolera nacional PDVSA por 14 mil millones de dólares; y sí, por haber participado en la campaña de golpe de Estado contra HUGO CHÁVEZ.

Para detallar las operaciones criminales de la petrolera, este 27 de febrero se estrenó en You Tube el documental “Operación Pacific Rubiales”. Una obra del periodista audiovisual y activista por los derechos humanos BLADIMIR SÁNCHEZ ESPITIA. (http://tmblr.co/ZtWkux1eYdBT0)

El documental relata a lo largo de 55 minutos las maniobras siniestras de esta empresa por apoderarse del petróleo colombiano, entre las que se incluyen campesinos asesinados, contaminación de mantos acuíferos, condiciones inhumanas de trabajo, anti sindicalismo, desplazamiento de comunidades, terrorismo paramilitar e impunidad judicial.

Quizá no hayas escuchado mucho de ella. Y no es tu culpa.

Pacific Rubiales Energy paga alrededor de 15 millones de dólares en gastos publicitarios y acciones en diversos medios de comunicación nacionales, para que dentro y fuera de Colombia no se hable de sus crímenes.

El trabajo hace un recorrido testimonial con víctimas de la petrolera, líderes sindicales amenazados, abogados, dirigentes comunales a quienes paramilitares al servicio de la empresa han perseguido, espiado, destruido sus casas y atentado contra familiares; recaba las declaraciones de legisladores y también periodistas como HÉCTOR RODRÍGUEZ, director de la revista Primera Página, contra quien Pacific Rubiales emprendió una demanda legal por 5 millones de dólares tras la publicación de varios escándalos financieros del monopolio.

El mismo Sánchez Espitia denuncia agresiones por parte de agentes de la petrolera durante la filmación del documental:

“En la realización de este documental fuimos perseguidos y fotografiados por la seguridad física de Pacific Rubiales Energy, a un abogado del equipo de investigación, le fueron hurtados de su apartamento los equipos de comunicación, situación que me obligo a cambiar de vivienda en repetidas ocasiones.”

El poder de esta petrolera es tan grande que en las inmediaciones del campo Rubiales yace apostado un batallón militar con más de 100 efectivos del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), dispuestos a disolver por vía de las armas cualquier oposición al monopolio.

Claro, su llegada no fue casual. La operación que hoy tiene montado este saqueo comenzó con la entrada de paramilitares a las comunidades para limpiar con sangre el territorio para la implantación de la petrolera.

¿Quién dirige esto?, se pregunta una de las líderes comunitarias. ¿Quién protege a Rubiales? ¿Quién ha ordenado que militares y paramilitares estén al servicio de la empresa? ¿Quién permite que campesinos y obreros sean víctimas de persecuciones extrajudiciales mediante los llamados “falsos positivos”? ¿Quién llama terroristas a quienes se oponen a los crímenes de la petrolera? ¿Quién es capaz de utilizar motosierras para destruir cazas y amenazas a los pobladores con asesinarlos a ellos y a sus familias si siguen protestando?

Colombia es un país donde los capitales tienen el dominio de la política pública (http://buitre.press/tagged/Colombia). La implantación de macro negocios para la explotación de recursos naturales va de la mano con el uso indiscriminado de las fuerzas armadas, legales o ilegales. La misión: desestimar cualquier amenaza a las inversiones, sin que los derechos humanos sean un tema a considerar.

Colombia es, pues, la puerta de la devastación en América del Sur. Lo que impidió Chávez en Venezuela, lo permitió Uribe en su país.

Este documental es una prueba de los alcances de una plutocracia criminal que domina en Colombia; un país en guerra, del cual 75 por ciento son víctimas del paramilitarismo; con más de 5 millones de desplazados, más de 10 mil presos políticos, y 5 millones de muertos por conflicto armado.

Mira cuanto antes este documental, difúndelo. Es una obligación humanitaria.


teleSUR no se hace responsable de las opiniones emitidas en esta sección

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