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Pocos reconocen que los supuestos neoliberales saturan propuestas concretas para el avance de las mujeres.

Pocos reconocen que los supuestos neoliberales saturan propuestas concretas para el avance de las mujeres. | Foto: Archivo

Publicado 21 diciembre 2015



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El neoliberalismo no sólo daña la economía. Aquí un vistazo a su lado de género.

Académicos y algunos periodistas han estado escribiendo sobre el feminismo neoliberal desde hace algún tiempo. Pero la mayoría de ellos lo discuten teóricamente. Pocos reconocen que los supuestos neoliberales saturan propuestas concretas para el avance de las mujeres, o cómo estas propuestas en realidad no abordan la desigualdad de la mujer, en especial la desigualdad multiplicada por raza y clase. En el mejor de los casos, estas propuestas son débiles en relación con los problemas de la mayoría de las mujeres, e incluso pueden ser parte del problema.

En el Sur Global, uno de estos remedios neoliberales, que data de la década de 1980, eran pequeños préstamos destinados a convertir a las mujeres rurales pobres en empresarias exitosas. Originalmente utilizado en el sur de Asia, estos préstamos del Banco Grameen, de la palabra sánscrita gramo para la aldea, se basaba en la premisa de que las pequeñas empresas podrían ayudar a las mujeres a lograr la independencia económica. El economista bangladesí, Muhammad Yunus, inventor del programa, lo promocionó entonces como una solución a la pobreza. Por supuesto, nada que fomente la independencia femenina, sobre todo en lugares de dominación masculina extrema, es una ganancia.

Pero más a menudo que no, las pequeñas empresas fracasaron. Los deudores cayeron más en deuda debido al interés del préstamo, mientras los bancos se beneficiaban. Los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales que prestaban el dinero en efectivo estaban subsidiando efectivamente a los bancos en lugar de los pobres. Los estudios internacionales, incluso los realizados por la Fundación Grameen, no mostraron una reducción en la pobreza. Incluso economistas conservadores dudan que "el crédito construya empresas", y creen que quienes se benefician principalmente del crédito no son los pobres.

De hecho, todo el proyecto se basa en una suposición insostenible: que el mundo puede soportar un número infinito de pequeños empresarios. En el mundo más desarrollado nos damos cuenta de que la gran mayoría sólo puede sobrevivir mediante la obtención de salarios como empleados de las grandes empresas. Pero alentar estos falsos sueños de emprendimiento funcionó también como un medio para socializar a los pobres hacia el individualismo como el camino de movilidad ascendente.

En respuesta a esos falsos sueños, un nuevo servicio surgió: el asesoramiento de la deuda. Esto es ahora un negocio global dirigido a millones de hogares que se hunden bajo la carga de la deuda. El asesoramiento de la deuda es ahora una empresa de publicidad rentable y con poco control de las credenciales de aquellos que ofrecen el servicio.

A lo sumo, el asesoramiento de la deuda puede ayudar a los clientes a declararse en quiebra o, rara vez, convencer a los acreedores para reducir la deuda principal. Pero el servicio no es gratuito. Incluso cuando es legitimado, como en Sudáfrica, los cargos típicos son de 50 rand y 300 rand ($ 21) si la investigación demuestra que su deuda no es lo suficientemente alta como para convertirlo en cliente (la mayoría de las empresas obtienen un porcentaje de lo que le ahorran).

Los servicios de asesoramiento de la deuda se centran de manera desproporcionada en las mujeres. Revistas dirigidas a las mujeres de bajos ingresos están particularmente llenas de consejos sobre el tema. En el modo,‘has-recorrido-un-largo-camino-bebé’, se felicita a las mujeres por haber ganado el control sobre sus propios recursos (y esto fue sin duda un cambio agradable a los días en que el matrimonio significaba renunciar a todo el control a nombre de su marido). Estos artículos de asesoramiento piden a las mujeres unirse al mundo masculino de conocimiento sobre el dinero y el crédito, con el argumento de que el endeudamiento se puede manejar si usted sabe los trucos correctos. Los psicólogos también se involucran a causa de las altas tasas de suicidios, depresión y ansiedad entre los deudores. Al hacer hincapié en la experiencia y el presupuesto, y con frecuencia los antidepresivos, el asesoramiento de la deuda se basa en la suposición de que los comportamientos individuales son responsables de la deuda y que el cambio de comportamiento puede resolver el problema. Culpan implícitamente a los deudores de su ingenuidad, mala gestión o el exceso de gasto para su estrés financiero. Pero los hechos demuestran que esta culpa es un absurdo: En los EEUU, el 70 por ciento de la deuda de los hogares proviene de las hipotecas de vivienda, y la deuda médica es la principal causa de la bancarrota individual.  La experiencia, la buena gestión y la moderación no bajan los costos de la vivienda o asistencia médica. Estas recomendaciones sólo conducen a un mayor estrés psicológico si hacen a los deudores culparse a ellos mismos.

Considere la posibilidad de una nueva corriente de influencia del pensamiento: lograr el equilibrio personal-trabajo-familiar. El periodismo de investigación y testimonios personales han presentado a cientos de mujeres que han decidido abandonar la fuerza de trabajo temporal, o reducir sus horas de trabajo, o desarrollar alguna forma de trabajar desde casa con el fin de cuidar a sus hijos (y, a veces, los maridos o padres ancianos). Estas son estrategias posibles solo para mujeres acomodadas que no necesitan un salario a tiempo completo. Mujeres corporativas como Sheryl Sandberg,que ofrecen consejos sobre la conciliación de la vida, pero que dependen de las niñeras a tiempo completo. ¿Cómo una mujer que trabaja en dos empleos, o una mujer cuyo empleador ofrece solamente horarios impredecibles, logra un equilibrio entre la vida y el trabajo?

Estos planes no sólo no funcionan para la mayoría de nosotros, sino que crean un nuevo modelo de "buena" feminista.

La feminista neoliberal se supone que debe tomar el control individual de su vida, ser más ambiciosa, y establecer mejor sus prioridades. Ella se supone que debe moverse hacia arriba con asertividad personal, trabajo duro y disciplina. Esta feminista, que es la famosa mujer, "Lean-in” del libro de Sheryl Sandberg, finca sus esperanzas en la misma falacia que los préstamos de Grameen: ¿cuántos Directores Ejecutivos o empresarios pueden acomodar el mundo?, ¿y cómo van a beneficiar al otro 99.99999 por ciento de nosotras? Como una comentarista de Sri Lanka, Ahilan Kadirgamar, puso en la página web feminista de la India, Kafila, el feminismo neoliberal "busca transformar la sensibilidad de las personas" para que "los lazos sociales de solidaridad y formas colectivas de protección social estén rotos".Perder esa solidaridad es un error. Históricamente, los únicos avances logrados por las mujeres como grupo fueron logradas a través de la presión a gran escala, colectiva, no a través de la ambición individual, por más loable que esta pueda ser.

**(Fuentes utilizadas en este artículo puede ser pedidas por correo electrónico a Linda.Gordon@nyu.edu)**


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