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El sospechoso de la masacre al momento de su arresto en el vecino estado de Carolina del Norte.

El sospechoso de la masacre al momento de su arresto en el vecino estado de Carolina del Norte. | Foto: Reuters/Jason Miczek

Publicado 6 julio 2015



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Tal vez alguien que mata a nueve personas está mentalmente perturbado, si no realmente enfermo. Pero es el contexto social y político que determina la actuación del criminal. El asesino de Charleston estuvo rodeado de racismo, y llenó su inconsciente, así como su mente consciente.

En la respuesta de los medios masivos a los asesinatos de nueve feligreses en Charleston, Carolina del Sur, muchas de las cabezas parlantes presentaron una u otra alternativa: ¿es el asesino un enfermo mental o es un racista?

No se deje engañar por esa falsa elección; él es las dos cosas.

El argumento del mal mental vino sobre todo de los conservadores. The Wall Street Journal publicó un editorial que decía que el racismo no podía explicar los asesinatos, porque "el racismo sistémico ya no existe en el Sur" y la causa es un "problema que desafía la explicación, más allá de la realidad de que el mal todavía acecha a la humanidad. No es poco consuelo de que en la comisión de tal acto, él está solo". Rudy Giuliani dijo: "No sabemos la motivación de la persona que lo hizo”. Donald Trump llamó el crimen"incomprensible”. Rick Santorum y Lindsay Graham lo llamaron un "ataque a los cristianos" y un signo de cómo la religión es objeto de ataques en los EE.UU. Rick Perry dijo que fue causado por las drogas.

La supuesta elección entre la enfermedad mental y explicaciones racistas de contexto, es falso, ya que los dos están a menudo fusionados. Los intentos conservadores de pánico para evitar reconocer el racismo evidente de este acto de terrorismo olvidan un hecho importante: que las formas de enfermedad mental  son moldeadas por el entorno en que viven estas personas.

Los enfermos mentales no son más inmunes a las ideologías que los rodean que la gente sana.

En los últimos decenios, psiquiatras, psicólogos y antropólogos han demostrado, por ejemplo, que cuando los esquizofrénicos oyen voces, o cuando otros psicópatas tienen alucinaciones, el contenido de sus delirios está determinado por la cultura. Estos pensamientos y voces imaginarios parecen reales, uno de los muchos trucos que nuestros complejos cerebros pueden fabricar. A menudo son directivos, ordenando al oyente a tomar acciones que varían de una sociedad a otra.

La enfermedad mental está en todas partes, pero su contenido está determinado por el contexto.

Un estudio comparó los esquizofrénicos en San Mateo, California; Accra, Ghana; y Chennai, India. Los hindúes y los africanos escucharon principalmente instrucciones positivas. Los hindúes a menudo escuchaban la voz de los miembros de su familia, por lo general, lúdicas y entretenidas, a menudo hablaban como ancianos asesorando a personas más jóvenes, pero rara vez eran mortales.

En la India y en África las voces a menudo despiertan sentimientos sexuales. Esquizofrénicos americanos, por el contrario, eran mucho más propensos a escuchar voces violentas; que denunciaban haber sido ordenados torturar a la gente, como sacar el ojo de alguien con un tenedor, cortar su cabeza y beber su sangre. En la India y Ghana, los oyentes no estaban preocupados por sus voces, mientras que en los EE.UU. los esquizofrénicos experimentaban sus voces como un bombardeo.

Un estudio de los psicóticos suizos demostró que aquellos que son religiosos son propensos a escuchar voces de demonios; algunos han tomado acciones violentas directamente de la Biblia, sintiéndose obligados a arrancar los ojos o cortar partes del cuerpo, y sus temores del anticristo han dado lugar a comportamientos violentos. Otro estudio comparó a los esquizofrénicos coreanos con los chinos. Los coreanos oyeron principalmente voces familiares en discusiones sobre el amor, asuntos económicos, empresariales o religiosos. Los chinos eran más temerosos, oían hablar del chupasangre y el envenenamiento.

Pacientes saudíes mostraron la importancia del racismo en sus delirios. Aquellos que se sentían perseguidos por su identidad religiosa, racial-étnica, informaron que las voces "siempre me dicen que es un hombre Negro y que no debe comer con nosotros", o que debe "salir de nuestro país; usted no es de Arabia, vaya a su país... y te odiamos, y me dijeron que no somos iguales", informaron dos esquizofrénicos de Jeddah. Las personas con este tipo de delirios de odio y persecución eran más propensas a cometer actos de violencia.

El contexto determina el contenido de las psicosis.

Tal vez alguien que mata a nueve personas está mentalmente perturbado, si no realmente enfermo. Pero es el contexto social y político que hace que los asesinos actúen como lo hacen. La naturaleza de los nuevos medios de comunicación es en sí mismo un contribuyente, ya que los usuarios se rodean de las fuentes que refuerzan lo que ya creen y rara vez se encuentran con opiniones disidentes. El asesino de Charleston fue rodeado por el racismo, y llenó su inconsciente, así como su mente consciente.

Derribar la bandera de la Confederación no va a resolver el problema.

Es cierto que ese símbolo es un insulto a diario para los afroamericanos, pero también lo son muchas otras agresiones diarias, como ser los primeros en ser sospechoso de todo, desde el hurto al uso de drogas y violación. Para entender la mentalidad del asesino, necesitamos registrar cómo la vida cotidiana puede enviar mensajes falsos constantemente a la gente blanca. A menos que los blancos puedan escuchar - a partir de fuentes que consideran fidedignas-- de cómo funciona el racismo estadounidense, van a suponer que los negros ocupan los peores barrios y los peores trabajos porque allí pertenecen. Cualquiera que vea las noticias de Fox podría pensar que los negros son los más detenidos, ya que son la mayor amenaza, cuando se ha demostrado en varias ocasiones que ese no es el caso. Los racistas creen que con regularidad los afroamericanos obtienen los mayores beneficios de los programas de gobierno, cuando la mayor ayuda de los gobiernos va para las empresas y la clase media.

Combiné este racismo con la cultura a las armas en los EE.UU, y me refiero no sólo la proliferación de armas de fuego, sino a la celebración cultural de la violencia y el poder militar, y se obtiene a quien se convirtió en el asesino de Charleston: un criminal racista, mentalmente desquiciado.

 

teleSUR no se hace responsable de las opiniones emitidas en esta sección

Comentarios
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Comentarios
...a los asesinos de negros para seguirlo haciendo, mientras el mundo concentra su odio en Dylann Roof.
...a los asesinos de negros para seguirlo haciendo, mientras el mundo concentra su odio en Dylann Roof.
Mucho después de que el sistema hipócrita de EU condene a morir a Dylann Roof, las personas negras seguirán siendo ciudadanos de segunda en su propio país. Esto solo les gana tiempo
Las dos cosas, pero en realidad es un chivo expiatorio del sistema. Solo se hizo eco de lo que la sociedad estadounidense ha venido propugnando desde siempre. ¿Acaso Obama no dijo creer con cada fibra de su ser en el excepcionalismo norteamericano?
Nota sin comentarios populares.