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Una marcha de protesta encabezada por Michael Brown Sr. recorre las calles al conmemorar un aniversario más de la muerte de su hijo Michael Brown Jr. en Ferguson, Missouri.

Una marcha de protesta encabezada por Michael Brown Sr. recorre las calles al conmemorar un aniversario más de la muerte de su hijo Michael Brown Jr. en Ferguson, Missouri. | Foto: Reuters

Publicado 21 agosto 2015



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Agosto-Negro, un mes de activismo en conmemoración de los pesos políticos, puede ayudarnos a recordar la expansión exponencial del sistema racista de prisiones en la nación.

Hace un año en este mes, las calles de Ferguson, Missouri estallaron a raíz del asesinato del adolescente Negro de 18 años de edad, Michael Brown, a manos del oficial blanco de policía, Darren Wilson. El mundo observaba con atención mientras Humvees militares y la guardia nacional, armados con gases lacrimógenos y balas de goma transformaba una ciudad tranquila en el Medio Oeste del país en una batalla histórica para el movimiento Black Lives Matter, la lucha negra de liberación, nacida después de la absolución en el 2013 de George Zimmerman por el asesinato del joven negro de diecisiete años de edad, Trayvon Martin.

Desde los disturbios de Ferguson en agosto pasado, Black Lives Matter ha cambiado radicalmente la conversación nacional sobre el racismo anti-negro y la brutalidad de la policía a través de masivas protestas, manifestaciones y movilizaciones en línea que han galvanizado a una nueva generación de jóvenes de color en los Estados Unidos y alrededor del mundo que se niegan a permitir que la policía los convierta en otra estadística de asesinato. Apenas el mes pasado, cientos de activistas negros se reunieron en Cleveland, Ohio, en un encuentro histórico que contó con paneles y talleres sobre organización laboral para negros, justicia para personas trans, enseñanzas del Partido de las Panteras Negras, entre otros.

Una nueva encuesta del Pew Research Center publicada este mes muestra además cómo Black Lives Matter está transformando las opiniones raciales de los estadounidenses (y sobre todo de los estadounidenses blancos) de maneras sorprendentes. Según la encuesta, el 59 por ciento de los ciudadanos estadounidenses creen que los cambios son necesarios para permitir la igualdad de derechos para los afroamericanos, por encima del 46 por ciento del año pasado, con una mayoría de  blancos (53 por ciento) de acuerdo. BLM y movilizaciones afines de todo el país han obligado a los estadounidenses blancos a tomar en serio el racismo y la brutalidad policíaca hasta el punto en que la mayoría de ellos están de acuerdo en que la policía trata a los negros de manera menos justa que otros grupos. Ese día trágico de un verano caliente en Ferguson y los disturbios que siguieron, dieron a luz en agosto del año pasado a un movimiento crucial que recuerda al mundo que las Vidas de las Personas Negras si Importan (BLM).

Sin embargo, así como nos tomamos un momento en este mes de agosto para honrar el pasado, presente y futuro del movimiento Black Lives Matter, hay que tomar un momento para reconocer a otro momento importante en la historia de la lucha por la libertad negra en este mes: ‘Agosto Negro’ fue creado hace más de treinta y cinco años por los presos políticos negros en la infame prisión de San Quentin, en California en agosto de 1979 para conmemorar el largo legado de protesta en las cárceles y otros acontecimientos olvidados en la historia de las luchas por la libertad negra. Shuuja Graham, cofundador, dijo al historiador Dan Berger, "Nos dimos cuenta de que las personas que queríamos recordar no serían recordadas durante el mes de la historia negra (febrero), así que creamos Agosto Negro" En agosto de 1971, el líder de Las  Panteras Negras, George Jackson, fue asesinado en un motín en la prisión, mientras que su hermano menor había sido asesinado el previo mes de agosto en el intento de liberar a tres presos. Agosto fue también el mes histórico en el que los esclavos haitianos se rebelaron y comenzaron la Revolución Haitiana (21 de agosto de 1791), iniciando la destrucción exitosa de la esclavitud en la isla y la primera república Negra independiente del mundo, y el mes que Nat Turner lideró una revuelta de  esclavos en el sur de Virginia (21 de agosto 1831). Como "una especie de Ramadán activista secular", según lo descrito por Berger, los prisioneros negros ayunaron, leyeron, estudiaron y participaron en entrenamiento físico y autodisciplina. Como señala Mumia Abu-Jamal, "Agosto es un mes con significado, de represión y resistencia radical, de injusticia y justicia divina; de represión y rebeldía; de esfuerzos individuales y colectivos para liberar a los esclavos y romper las cadenas que nos atan".

En los próximos meses, los orígenes de Agosto-Negro dentro del sistema penitenciario pueden ayudarnos a recordar que a medida que los hombres y las mujeres negras están siendo asesinados por la policía en las calles, otras cientos de personas están siendo transportados lejos y encerrados de manera exponencial en los centros penitenciarios de la nación. Los Estados Unidos tiene la mayor población carcelaria del mundo, incluso mayor que China o Rusia, y los estadounidenses negros constituyen un porcentaje desproporcionado de esta población. De acuerdo con la NAACP, hay un millón de afroamericanos prisioneros de un total de 2,3 millones de presos en la nación, y son encarcelados seis veces más que los blancos. A pesar de que los negros y los latinos componen un cuarto de la población nacional,  suman el 58 por ciento de todos los presos a partir del año 2008. Aunque 14 millones de blancos y 2,6 millones de afroamericanos utilizan alguna droga ilícita, los afroamericanos son enviados a la cárcel a un promedio de 10 veces más que la tasa de blancos, gracias a las políticas racistas de drogas creadas a partir de la década de 1970. A partir de 2001, uno de cada seis hombres negros había sido encarcelado, si las tendencias actuales continúan, uno de cada tres hombres negros nacidos hoy puede esperar ser encarcelado en algún momento de su vida.

Agosto-Negro también puede ayudarnos a recordar que grandes cantidades de dinero está detrás de este complejo industrial de prisiones que devalúa la vida de los negros. Los últimos cuarenta años han sido testigos de un auge sin precedentes en las tasas de encarcelamiento en los Estados Unidos. Según un informe publicado por el Consejo Nacional de Investigación, la población carcelaria creció de 200.000 a alrededor de 2,2 millones entre 1973 y 2009, lo que significa que los EE.UU. tienen cerca de un cuarto de los presos del mundo. El período de privatización de las cárceles surgió en la década de 1980 cuando las políticas neoliberales comenzaron a expandirse por todo el mundo con la primera prisión privada operada como negocio en el Condado de Hamilton, Tennessee en 1984 por la ‘Corrections Corporation of America’ (CCA). Hoy en día, las prisiones privadas son omnipresentes en toda la nación, inclusive son dramatizadas en las pantallas, como se ve en la última temporada de la serie ‘Orange is the New Black’. Mientras tanto, en las espaldas de presos negros y latinos, la CCA informó de US $ 1,7 mil millones en ingresos totales en el 2011 solamente.

Y la candidata presidencial demócrata Hillary Clinton, amada por ser el "mal menor" para muchos progresistas, está sumida en este monstruo racista del sistema penitenciario privado. El mes pasado, se informó que Clinton estaba aceptando contribuciones de dos de las mayores corporaciones de prisiones privadas del país, CCA y el Grupo Geo, además de las donaciones habituales de la industria de los combustibles fósiles y de Wall Street. A la luz de esta noticia, no es ninguna sorpresa que Clinton se haya negado a abordar las cuestiones de racismo estructural cuando fue confrontada por un grupo de activistas de Black Lives Matter en New Hampshire a principios de este mes. "Ella no estaba dispuesta a admitir que las inherentes políticas anti-negro que fueron promulgadas para abordar los problemas son en realidad la causa de todos los problemas que hoy tenemos", afirmó el activista Julius Jones.

En las calles o detrás de las puertas de la cárcel, Agosto-Negro nos ofrece por un momento la oportunidad de recordar y honrar las largas luchas por la libertad de los afroamericanos precursores del movimiento actual.


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