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Cuba y los desafíos frente al imperio

| Foto: Archivo

Publicado 23 enero 2015



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El fin del bloqueo y la devolución del territorio de Guantánamo a la soberanía cubana, tendrán que ser los objetivos de la relación con Washington a largo plazo, aunque en el camino quedan importantes temas bilaterales pendientes de abordar y solucionar.

Los históricos sucesos que se han dado desde el pasado 17 de diciembre de 2014 entre Cuba y Estados Unidos constituyen un parteaguas, un antes y un después en las relaciones entre ambos países.

El regreso a su patria de los tres héroes cubanos por el canje de un par de espías estadounidenses y la liberación de un grupo de los llamados disidentes, significan en primera instancia una victoria de la entereza moral, ética y de la más firme convicción revolucionaria de los antiterroristas cubanos que integraron el grupo de Los Cinco. Ese triunfo también se fundamenta en la tenacidad del pueblo cubano y en la solidaridad de innumerables ciudadanos de todo el mundo, incluyendo a los de la propia metrópoli imperialista, que, bajo las más diversas formas de apoyo activo y permanente, exigieron durante 16 años la liberación de los 5. Y, finalmente, el retorno de los tres héroes, uno de ellos condenado incluso a dos cadenas perpetuas, no es sino el reconocimiento de la injusticia e ilegalidad en la que incurrió el sistema judicial estadounidense en torno a su detención, debido proceso y encarcelamiento.

A partir del anuncio de los presidentes para normalizar las relaciones rotas desde 1961, se han desarrollado conversaciones al más alto nivel en los últimos días. Los principales temas abordados giraron alrededor del problema migratorio y las condiciones mínimas para reanudar las relaciones diplomáticas con la apertura de las respectivas Embajadas, que será determinada en futuros encuentros.

Estas acciones se acompañan, en el caso estadounidense, con la petición al Congreso hecha por Obama en su Informe a la nación, para que deroguen las leyes del bloqueo contra Cuba, cuyo costo económico para la isla ya rebasa los 800 mil millones de dólares. También destaca la reciente disposición, difundida el pasado 16 de enero, sobre el fin de algunas restricciones al envío de remesas, compra de ciertos productos y viajes hacia la isla.

Sin embargo, este vuelco radical debe ser recibido con gran cautela y, por qué no, con un cierto grado de suspicacia. La historia ha demostrado que no se puede confiar en los imperios, pues siempre mantienen dobles intenciones. Lo que está en juego no es poco. El modelo de socialismo más avanzado que ha existido, con todo y sus contradicciones, limitaciones y errores, debe ser protegido de manera categórica y ser claramente separado de cualquier tipo de negociación o condición que pongan los estadounidenses, porque finalmente su objetivo histórico es claro: derrotar estratégicamente y por otras vías a la revolución cubana y su modelo socialista.

Partiendo entonces de que el socialismo cubano nunca será aceptado por los sectores militares, conservadores y fascistas que tienen un gran poder en Estados Unidos, y mucho menos por la comunidad cubano-americana más recalcitrante, los representantes de diferentes grupos terroristas (los denominados gusanos, pues), resulta de trascendental importancia avanzar en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas pero con la guardia en alto y la firmeza que siempre han caracterizado al pueblo y al liderazgo revolucionarios.

El gobierno de Estados Unidos debe tener presente que Cuba no va a negociar el sistema socialista y sus estructuras políticas, económicas y sociales, para cambiar a un capitalismo neoliberal dependiente como el mexicano, en el que el ser humano vale por lo que tiene y no por lo que es, y en el que la salud y la educación son un negocio y no un derecho. Recordemos, por ejemplo, que incluso en Estados Unidos, a pesar de ser la principal potencia del mundo, están en condición de pobreza más de 50 millones de personas, y son muy altos los grados de violencia y drogadicción que afectan a importantes sectores de la sociedad. Contrario a ello, hay que mencionar que, de acuerdo al Banco Mundial, Cuba es el país en el planeta con mayor inversión en educación, destinando el 12% de su PIB, y uno de los más altos en salud y asistencia social, con el 17%.

No es simple coincidencia que este golpe de timón se esté dando en momentos en que la isla se ha convertido en un polo comercial

Por otro lado, el cambio de política con respecto a Cuba también hay que entenderlo en términos geopolíticos, pues no es simple coincidencia que este golpe de timón se esté dando en momentos en que la isla se ha convertido en un polo comercial al fortalecer sus relaciones con Brasil, China y Rusia, justo el músculo más fuerte de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). La modernización del puerto de Mariel, que representó una inversión de 5 mil millones de dólares por parte de Brasil, convirtiéndolo en un punto estratégico para el comercio hacia Europa, el reinicio de la construcción con capital chino de una refinería suspendida desde la caída de la Unión Soviética, las crecientes relaciones económicas con Rusia, así como la estrecha cercanía política y económica con la Venezuela Bolivariana como parte del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), entre otros factores económicos, constituyen motivos suficientes para las acciones emprendidas por la Casa Blanca, en el sentido de cómo enfrentar una creciente presencia de rivales declarados, a una corta distancia y en un espacio territorial de la importancia del Caribe.

Igualmente, es necesario subrayar los tiempos electorales que se aproximan en Estados Unidos por la disputa de la Casa Blanca ante el fin del período Obama. Con el control republicano de ambas cámaras, la posibilidad del retorno a la presidencia de este partido es real, lo que sin duda motivó al presidente a tomar decisiones audaces, como el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, que cuentan con el apoyo de la mayoría de los ciudadanos estadounidenses, incluso de origen cubano, según encuestas. Esto podría repercutir favorablemente en la intención del voto por él o la candidata demócrata.

El fin del bloqueo y la devolución del territorio de Guantánamo a la soberanía cubana, tendrán que ser los objetivos de la relación con Washington a largo plazo, aunque en el camino quedan importantes temas bilaterales pendientes de abordar y solucionar. Como lo señala Atilio Borón: “desde la eliminación de Cuba de la lista de países que patrocinan al terrorismo hasta la derogación de la absurda legislación estadounidense que consagra dos políticas migratorias: una, de estímulo y puertas abiertas, para los cubanos; otra, inhumana y restrictiva –como lo comprueban los niños centroamericanos y mexicanos– para el resto del mundo.”[1]

De igual forma, destaca el asunto de los derechos humanos que, además de ya haber generado controversia en los diálogos de La Habana, constituye uno de los principales argumentos de Washington para justificar su agresión a la isla a partir de su torcida visión sobre la libertad de expresión y de reunión, que se caracteriza porque éstas son legítimas siempre y cuando se acoplen a los intereses particulares del imperio, y para eso en cualquier lugar del mundo existen mercenarios de distinta categoría.
Lo que está en el fondo, y al parecer es un punto de coincidencia, es poner punto final al síndrome de la guerra fría bajo el cual Estados Unidos ha tratado a Cuba desde 1991, cuando terminó de desaparecer el campo socialista de Europa del Este, al desintegrarse la Unión Soviética.

Más allá del desenlace de esta primera fase de inéditas conversaciones y acciones, es un hecho que este cambio contribuye al fortalecimiento del carácter multipolar que debe prevalecer en este siglo XXI, en el que independientemente de las diferencias ideológicas, culturales y religiosas existentes entre los países, la convivencia tiene que partir del respeto a la soberanía nacional y a la plena autodeterminación de los pueblos para decidir su destino, que para el caso cubano, es seguir sosteniendo la defensa de su soberanía y del socialismo.

Notas
[1]Atilio A. Boron, “Un denso diálogo”, en http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/subnotas/264455-71232-2015-01-22.html


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Comentarios
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Comentarios
La foto del artículo es con ocasión del funeral de Mandela. Obama no consiguió nunca su ansiada foto con Madiba. En su gira africana, Mandela ya enfermo, no le recibió. Qué pensaba Obama en esa foto saludando a Raúl? Adivinemos…..
Muy buen análisis.- Por ahí se va perfilando la nueva estrategia: conformar y fortalecer una oposición y detrás de está habrá una billetera gruesa.
Nota sin comentarios populares.