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El senador Bernie Sanders hizo hincapié en que "no es un pacifista" en el debate demócrata el 13 de octubre de 2015.

El senador Bernie Sanders hizo hincapié en que "no es un pacifista" en el debate demócrata el 13 de octubre de 2015. | Foto: Reuters

Publicado 28 octubre 2015



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En el primer debate del Partido Demócrata, el senador socialista de Vermont recordó a los espectadores todas las guerras que Estados Unidos ha apoyado.

Bernie Sanders, senador de Vermont, se opuso a la criminal invasión de Irak, para su eterno crédito, y Hillary Clinton no sólo la apoyó sino que hacía propaganda a favor de violar los principios de Nuremberg en el 2003, para su vergüenza eterna. Sin embargo, en el primer debate de las elecciones primarias demócratas, en Las Vegas, el socialista demócrata de Vermont no pudo distinguirse seriamente de la ex secretaria de Estado, cuando se trató asuntos de guerra y paz.

Hubo retórica de paz amistosa. "Yo creo desde el fondo de mi corazón que la guerra debe ser el último recurso", dijo Sanders, el senador de Vermont que aplicó como objetor de conciencia durante la guerra de Vietnam. Pero entonces, ningún político que espera ser algún día Comandante en Jefe dice que la fuerza es todo menos una opción final. Y Bernie fue claro: "Estoy dispuesto a llevar a este país a la guerra si es necesario."

Eso no es nada especial; cualquier candidato a la presidencia del país que ha comenzado la mayoría de las guerras requiere decirlo por costumbre. La parte preocupante para aquellos que asumen que "socialista" significa "pacifista", es que Sanders ha respaldado la retórica tradicional en todas las guerras, algunas en curso, a las que ha ofrecido su apoyo.

"Yo no soy un pacifista", le dijo al moderador. "Apoyé la guerra en Afganistán", la más larga de los Estados Unidos, y "he apoyado los esfuerzos del Presidente Clinton para hacer frente a la limpieza étnica en Kosovo", dijo Sanders. Y todavía no había terminado. "Estoy a favor de los ataques aéreos en Siria y lo que el presidente está tratando de hacer".

No hay duda de que cuando se trata de implementación de la fuerza letal, la principal rival del senador por la nominación Demócrata, cuyas guerras del marido él apoyaba, es mucho más el halcón. Al preguntarle qué enemigos estaba más orgullosa de hacer, Hillary Clinton listó a "los iraníes" junto a "las compañías de seguros de salud" - al igual que las sanciones "paralizantes" que ella apoyó, sin molestarse siquiera en diferenciar entre el pueblo y el régimen.

Sin embargo, los intentos de Sanders para echar a la ex primera dama como belicista solamente revelaron que ambos apoyan las mismas guerras. "Yo no apoyo tener tropas terrestres estadounidenses en Siria", dijo el senador, a lo que Clinton rápidamente respondió: "Bueno, nadie lo hace".

Sanders también reiteró su oposición a una "zona de exclusión aérea en Siria", que dijo, "podría conducir a problemas reales". Ante eso, Clinton reconoció que ella ha abogado por una política de exclusión aérea - con razón descartada como retórica de campaña por un desinteresado presidente Barack Obama, y ​​efectivamente vetado por la decisión de Vladimir Putin de enviar aviones de combate a Siria - pero inteligentemente señaló: "Ya estamos volando en Siria al igual que estamos volando en Irak".

En efecto, Sanders se estaba oponiendo a una guerra de escobas para reforzar sus credenciales pro-paz, mientras apoya la guerra real que se ha estado librando desde al menos septiembre de 2014 a un costo de más de US $ 4 mil millones y al menos 234 vidas de civiles solamente en Siria.

Cuando se tocó el punto del último crimen de guerra del gobierno de Estados Unidos en Afganistán – la misma guerra que Sanders recordó a los espectadores había apoyado cuando comenzó, convirtiéndose en su crítico los próximos 13 años – no fue el auto-declarado de izquierda que lo mencionó, sino Lincoln Chafee, el ex republicano.

"Acabamos de bombardear un hospital", señaló Chafee, en referencia a los ataques aéreos estadounidenses que mataron a 22 personas en una clínica de Médicos Sin Fronteras. "Hemos atacado con drones a ceremonias de bodas civiles", continuó. "Necesitamos un nuevo paradigma en Medio Oriente."

En los sondeos Chafee está posiblemente en un cero por ciento o menos, por lo que nadie tomó nota de lo que dijo, pero si llama la atención que fue el único en decirlo.

A raíz del debate, los partidarios de Sanders estaban preocupados por declararlo ganador y denunciando a aquellos en los medios corporativos que no hacían lo mismo. A pocos les parecía importar que en términos de las guerras que se libran en el mundo hoy en día, incluso en un país llamado Irak, el socialista estaba en la misma página que su oponente de la línea más dura, a bordo con el statu quo respaldado por Obama, y ​​podría decirse que a la derecha del hombre que solía ser republicano.

Estoy con los que piensan que es genial que haya un candidato de la izquierda que sea contendiente de Clinton y que se hable sobre socialismo en las conversaciones, pero sus partidarios harían bien en recordar que los defectos ignorados en la campaña electoral tienden a convertirse en serios problemas una vez que el candidato llega al poder. No hay duda que Sanders es el mal menor, al menos en términos del Partido Demócrata, pero los que lo apoyan deben hacerlo sin ilusiones no sea que, al igual que con Obama, su corazón se rompa por el ataque de un avión no tripulado - o el eventual apoyo a un halcón neoliberal.


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