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La gente ha salido a las calles a protestar en prácticamente todo el territorio argentino, denunciando la ruptura de la era “nacional y popular” vivida con los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.

La gente ha salido a las calles a protestar en prácticamente todo el territorio argentino, denunciando la ruptura de la era “nacional y popular” vivida con los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández. | Foto: EFE

Publicado 20 julio 2016



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La estrategia de disolución del Estado según Kirchner, incluye que el Gobierno deje de administrar áreas de interés social, y generar tal cantidad de desempleados y desempleadas que los Sindicatos se vean forzados a aceptar salarios por debajo de lo que en el ‘kirchenrismo’ se acostumbró.

La situación en Argentina no parece ir nada bien. No es que sea diferente a lo que ocurre en el resto de Latinoamérica. La gente no confía en el Gobierno, y lucha con uñas y dientes por sacarle unos pesos a la calle, muchas veces, con actos de corrupción.

Además, por estos días, la argentina es una sociedad políticamente cismada.

Una parte, apoyando al actual presidente Mauricio Macri en su avanzada judicial en contra de la expresidenta Cristina Fernández, quien es acusada, junto con varios elementos de su pasado gabinete y empresarios ligados a ella, de casos de corrupción asociados a la obra pública emprendida durante su gobierno.

La otra parte, defendiendo a Cristina, denunciando persecución política contra la ex mandataria y peleando, al mismo tiempo, contra el alza en las tarifas de luz, gas y agua en los hogares y empresas. El llamado “tarifazo”.

Una pelea justificada, si se piensa que los aumentos van por encima del 1, 500 por ciento. Así, muchos argentinos y argentinas que viven en un departamento de 55 metros cuadrados, por ejemplo, han pasado de pagar 35 pesos de gas, a 560 pesos, a partir de los aumentos de Macri.

La vuelta de Argentina al neoliberalismo

El “Tarifazo” ha representado la primer gran crisis visible para el líder de la colación partidaria “Cambiemos” y exalcalde de Buenos Aires. La gente ha salido a las calles a protestar en prácticamente todo el territorio argentino, denunciando la ruptura de la era “nacional y popular” vivida con los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, y “el retorno del neoliberalismo en los principales espacios del Estado”.

Así lo considera Vanesa Blanco, dirigente de la Juventud del Partido Movimiento Integración Latinoamericana de Expresión Social (MILES) en el municipio de Quilmes, provincia de Buenos Aires, quien señala que Macri ha roto con el paradigma de redistribución de la riqueza que impulsaba Cristina Fernández, y ha pasado a un manejo hegemónico de la economía.

“Reconocido en ciertos ámbitos académicos como parte de la nueva derecha latinoamericana, el espacio político que lidera el presidente Mauricio Macri reveló rápidamente los intereses económicos que representa.”

En entrevista, Blanco puntualiza que, por ejemplo, Macri aseguraba que permanecerían ciertas políticas de seguridad social para los sectores populares que sostenía a la gestión kirchnerista, pero los equipos económicos de su Gobierno decidieron "liberar las fuerzas productivas" del esquema impositivo estatal. Por ejemplo, se eliminaron o redujeron en niveles mínimos los impuestos a los sectores mineros y agropecuarios; una medida contraria a la época de Cristina, lo cual permitía al gobierno argentino captar parte de los dólares que ingresan por exportación.

A su vez, el gobierno apostó salir de las restricciones a la compra de la divisa estadounidense produciendo una devaluación que significó una devaluación de la moneda argentina del 50 por ciento frente al dólar. Por supuesto, precisa la joven dirigente, esto subió la inflación y causó “una enorme pérdida de poder adquisitivo de vastos sectores de la población.”

“Con una política monetaria que no reduce la emisión de la moneda nacional pero que pretende regular el precio del dólar mediante altas tasas de interés y la apertura de importaciones, el propio gobierno nacional va alentado un proceso económico recesivo, lo que genera pérdida de empleos, cierre de firmas frente a la competencia externa y escaso aliento a la inversión productiva.”

“El trabajo sucio ya está hecho”

Vanesa Blanco es una de las figuras jóvenes más visibles dentro del Partido MILES que dirige Luis D’Elia, un profesor y exdirigente sindical que fungió como subsecretario de Tierras para el Hábitat Social durante el gobierno de Néstor Kirchner. Un personaje polémico, tanto, que no dudó que acusar al expresidente Eduardo Duhalde de introducir droga a Argentina y planear un golpe de Estado contra Cristina Fernández.

Blanco acusa que Macri pretende asegurar ganancias para las empresas de servicios mediante la carga impositiva sobre los sectores medios y bajos: “Los sectores dominantes son el sector privilegiado de las políticas del gobierno nacional actual, que pretende liberar de ataduras fiscales a los primeros para que estos inviertan en la economía nacional, sosteniendo nuevamente la reconocida teoría del derrame.”

"El trabajo sucio ya está hecho", reconoce Blanco, citando las mismas palabras que usó el ministro de Economía, Alfonso Prat Gay, exmiembro de la empresa financiera JP Morgan, admitiendo que las principales medidas para revertir la distribución hacia los sectores populares que sostenía el kirchnerismo se han puesto en marcha.

“En cuanto a los cambios a nivel político y estatal, se reconoce la progresiva disolución del andamiaje socio político que construyera el kirchnerismo. Con la eterna vuelta del discurso de la eficiencia, el gobierno nacional, como así sus representantes a nivel provincial y comunal, han cerrado programas de políticas publicas, espacios (secretarias, ministerios, agencias estatales) y han dejado en la calle a miles de trabajadores estatales o ligados a la anterior estructura gubernamental. “

La oposición a Macri está fragmentada

La estrategia de disolución del Estado según Kirchner, incluye que el Gobierno deje de administrar áreas de interés social, y generar tal cantidad de desempleados y desempleadas que los Sindicatos se vean forzados a aceptar salarios por debajo de lo que en el ‘kirchenrismo’ se acostumbró. Esto – dice Vanesa Blanco-, “ponen en cuestión la capacidad de defensa del arco político que aún se reconoce nacional y popular”. En suma, Macri quiere quitarle a la izquierda toda posibilidad de defensa.

De manera auto-crítica, la dirigente de la JUVENTUD MILES en Quilmes, asegura que esta situación “dista de ser capitalizada por una fuerza política que consiga construir un espacio político que logre defender correctamente los intereses de la mayoría.

“Con una oposición fragmentada, cooptada por los necesarios recursos del Gobierno central, o judicializada, estigmatizada por casos de corrupción por los medios de comunicación y el Poder Judicial, el gobierno actual parece tener la capacidad, aunque muchas veces resistida, de imponer su visión sobre sus gobernados sin mayor oposición.”

¿Cómo salir de la crisis? La propuesta de Blanco se orienta hacia la capacidad de conformar bloques de oposición coherentes, de una mayor actividad sindical y de resistencia popular frente a las políticas del actual gobierno dependen en la actualidad y en el futuro la posible reversión de este actual panorama de derrota política.

Todo está por verse.


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