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El Parlamento ucraniano aprobó este lunes la propuesta presentada por el presidente de ese país, Petro Poroshenko, de imponer el estado de excepción en diez regiones del país por más de 30 días, ante los sucesos ocurridos en el estrecho de Kerch.
El FSB denunció que los buques Berdiansk, Nikopol y Yany Kapu ingresaron ilegalmente en aguas territoriales rusas y violaron la frontera nacional, sin pedir el permiso para cruzar el estrecho e ignorando los requerimientos de la Guardia Fronteriza rusa.
El organismo ruso indicó que los militares ucranianos conocen las reglas de navegación por la zona y las violaron a propósito.
#Moscú | En los interrogatorios a miembros de la tripulación de los buques de la Marina de Guerra Ucraniana se confirmó el carácter provocador de la incursión ilegal en las aguas territoriales rusas @ConexiontlSUR pic.twitter.com/SGnPwqeDQG
— Hansell Oro (@HansellteleSUR) 27 de noviembre de 2018
De esta manera, Rusia abrió un caso penal por la incursión en sus aguas territoriales de varios buques.
El estrecho de Kerch es una pequeña franja de mar con una gran importancia estratégica, lo que ha derivado en una gran fuente de disputas entre Ucrania y Rusia, especialmente ante la anexión de Crimea a territorio ruso tras el referendo de 2014.
El estrecho comunica el mar de Azov con el mar Negro, y constituye un eslabón vital en la cadena que enlaza Rusia con el Mediterráneo, ya que permite controlar las rutas marítimas que tiene su inicio o su destino en ese mar.
Un elemento clave en la consolidación del poder de Moscú fue la construcción del puente de Kerch, que cruza aguas internacionales, pactado por Moscú y Kiev en 2003. Este elemento permite el control de las autoridades rusas a todas aquellas embarcaciones que pretendan navegar en el territorio.
