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La joven Jamie Hulit habló directamente con el antiguo dueño del perro y logró adoptarlo.

La joven Jamie Hulit habló directamente con el antiguo dueño del perro y logró adoptarlo. | Foto: CGTN

Publicado 25 abril 2018



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El cachorro fue regalado por sus dueños y luego vivió durante cinco años bajo el cuidado de un hombre que lo maltrataba y no lo alimentaba. 

El labrador retriever Beaux Tox nació con una deformidad congénita que le valió el rechazo de cientos de personas que se negaban a comprarlo o adoptarlo por su aspecto físico, ya que tenía una grave desfiguración en el rostro, así como ceguera y sordera.

Beaux Tox pertenece a una camada de seis cachorros, de los cuales él fue el único que presentó esta condición, tras ser aplastado en el útero de su madre. Los dueños del perro no pudieron venderlo como al resto de los caninos y decidieron regalarlo a un desconocido. 

El perro era muy inteligente y juguetón, pero debido a su condición era rechazado por todos. Foto: CGTN

El animal vivió bajo el cuidado de un hombre que lo mantenía en la intemperie afuera de su casa durante todo el día, lo que provocó que se llenara de parásitos, enfermara y llegara a la desnutrición. Pese al esfuerzo de fundaciones y proteccionistas para rescatarlo, el perro vivió así por media década.

La nueva vida de Beaux Tox

La joven Jamie Hulit habló directamente con el antiguo dueño del perro y logró adoptarlo para brindarle un nuevo hogar. "Debido a su deformidad facial, las personas que lo estaban criando no podían venderlo, aseveró.

"No me importaba cuán gravemente podría estar enfermo (...) lo adopté directamente del dueño", afirmó Hulit , quien agregó que se sentía identificada con Beaux Tox porqué ella también vivió en hogares de adopción durante su infancia.

Beau recibió un tratamiento intensivo en una clínica veterinaria en Texas, EE.UU. gracias al doctor Jay Rydberg. Foto: zoorprendente.com

"No quería que volviera a entrar en casas de acogida y lo devolvieran. Quería que tuviera estabilidad y un lugar que fuera su hogar", dijo la joven. 

Luego del abandono, el perro recibió tratamientos para las pulgas, ácaros y parásitos, terapias que le costaron a su dueña alrededor de ocho mil dólares. Contra todos los pronósticos el labrador de 13 años logró recuperarse.

El perro tenía 50 por ciento de probabilidades de vida por presentar desnutrición y la enfermedad mortal del parásito de gusano de corazón. Foto: CGNT.

Tras varios meses de recuperación, se fue a casa con su nueva familia, donde también debió adaptarse comportarse en su nuevo hogar.

"Solo quería que fuera como un perro normal (...) Está lleno de vida y nos ha aportado mucho, finalizó Hulit.

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