En la procesión de San Lázaro se suelen observar devotos realizando actos de autoflagelación conectados a su fe.
Pese al impacto de la pandemia del coronavirus, los fieles en Cuba celebran este jueves una tradición popular religiosa de gran envergadura, la peregrinación de San Lázaro.
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Los fieles a San Lázaro realizan una procesión en La Habana en honor a este santo, al que cada 17 de diciembre se le suplican milagros relacionados en su mayoría con la salud, como parte de una celebración que este año incluye controles sanitarios para evitar la propagación de la Covid-19.
En esta fecha, los creyentes conmemoran la resucitación de una figura en la que se mezclan tres historias: San Lázaro, el personaje bíblico amigo de Jesús y hermano de Marta y María Magdalena; Lázaro, el mendigo de una parábola del Evangelio de San Lucas; y su equivalente yoruba, el orisha africano emergido del sincretismo de las dos previas, Babalú Ayé.
Miles de personas han visitado y visitan por estos días el Santuario Nacional de #SanLázaro, en el Rincón, para venerar a este santo popular de nuestra tierra. Pude comprobar la disciplina y tranquilidad en las fiestas.
— Yandry Fernández Perdomo (@Yandry_kw) December 17, 2020
Les comparto algunas fotografías que tomé el 16 y 17 ������ pic.twitter.com/wDi3hXIc3S
El Santuario o Iglesia de San Lázaro en El Rincón, ubicado en el municipio Boyeros, La Habana, es el punto culminante de peregrinación de esta fecha; y en su parte posterior hay un moderno hospital que trata enfermedades de la piel, herencia del antiguo Real Hospital de San Lázaro o Leprosorio de San Lázaro. Posee al lado una fuente, cuya agua es llevada por los creyentes como un tesoro.
Por otro lado, en la popular peregrinación resalta el color morado en prendas, ramos de flores y velas, además de las estatuillas del santo, y los símbolos religiosos que abundan entre la multitud de personas caminando.
En la procesión de San Lázaro se suelen observar devotos realizando actos de autoflagelación al transitar las calles pavimentadas de rodillas, arastrándose o encadenados a bloques y piedras, entre otras acciones, dependiendo de la promesa o penitencia relacionada con el milagro solicitado.