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Bolivianos denuncian la represión por las fuerzas policiales y militares durante las manifestaciones populares.

Bolivianos denuncian la represión por las fuerzas policiales y militares durante las manifestaciones populares. | Foto: Reuters

Publicado 20 noviembre 2019



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Transnacionales mineras de EE.UU. y Canadá aspiran contralar la explotación del litio en Bolivia.

El reciente golpe de Estado en Bolivia va más allá del simplemente echar por tierra los avances sociales y económicos logrados durante los 13 años de Evo Morales en el poder.

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A lo largo de su historia Bolivia ha sufrido una serie de golpes de Estado, a menudo encabezados por los militares y la oligarquía en nombre de las empresas mineras transnacionales.

Inicialmente, eran empresas de estaño, pero el estaño ya no es el objetivo principal en Bolivia. El objetivo principal son sus enormes depósitos de litio, cruciales para los automóviles eléctricos.

Ante esta realidad, el presidente Morales trató  de construir una relación diferente entre el país y sus recursos naturales. No deseaba que esos recursos beneficien a las transnacionales mineras, sino a su propia población.

La culpa del litio

Actualmente el  75 por ciento de las reservas globales de litio se encuentran en el triángulo Bolivia/Chile/Argentina hecho que ha motivado la codicia de EE.UU. y sus aliados occidentales debido al uso del mineral para las baterías de los carros eléctricos y los teléfonos inteligentes.

El gobierno de Evo Morales había ya molestado a las trasnacionales gaseras/petroleras/acuíferas, debido a la nacionalización del gas, agua, electricidad y mineras, lo cual le procuró el segundo mayor crecimiento económico de todo el continente americano.

Para hacer frente a las presiones e intereses de occidente por el litio, el Gobierno de Evo Morales selló un acuerdo con China por mil millones de dólares para explotar el mineral.

 

Además del acuerdo con China, el lanzamiento del carro eléctrico Quantum de fabricación boliviana: una asociación de la estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) con Quantum Motors, de Cochabamba, puso en alerta a las trasnacionales mineras de EE.UU. y Canadá  que aspiraban explotar el yacimiento de litio.

Al consumarse el Golpe de estado, las mineras renovaron su interés en conseguir los derechos para explotar el Salar de Uyuni en Bolivia, la primera reserva global de litio.

Ante el incremento en la fabricación de teléfonos inteligentes, autos eléctricos, drones, y otros artefactos electrónicos, el control y explotación de la mayor reserva de litio representa una riqueza que las mineras transnacionales no pueden dejar escapar.

En 20 años la producción de litio se ha triplicado y se espera que se duplique su demanda en 2025.


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