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"Quedate querida Dilma", expresaron los manifestantes con emotividad. 

"Quedate querida Dilma", expresaron los manifestantes con emotividad.  | Foto: Brasil de Fato

Publicado 1 mayo 2016



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La clase obrera prometió derrotar el golpe y seguir la lucha en defensa de la democracia. Insiste en no aceptar un eventual mandato de Michel Temer. 

Los trabajadores de Brasil se mantienen en las calles para defender la democracia de la nación, ante el proceso de juicio político que puede aprobarse para destituir a la mandataria Dilma Rousseff. 

"Es un golpe contra la democracia, contra la clase trabajadora, contra las mujeres, contra los afrodescendientes, la comunidad sexodiversa, contra los sectores más perjudicados de nuestro pueblo, que sin ninguna duda son el objetivo de estos golpistas", resaltó uno de los voceros dentro en la concetración.

>> Masivas muestras de apoyo hacia Dilma Rousseff en Brasil

Los trabajadores aseguraron que no aceptarían un gobierno de Temer porque a su juicio este cuenta solo con el 1 por ciento de la población.

En todo Brasil, armados con pancartas y gritando consignas de apoyo a Rousseff, la masa obrera prometió una vez más derrotar el golpe de Estado desde las calles, a través de la resistencia.

En el Centro de Sao Paulo se realizó la concentración más multitudinaria que ha vivido Brasil en defensa de la democracia, en rechazo al golpe blando que se le quiere aplicar la mandataria y en respaldo a las reivindicaciones sociales y laborales conseguidas durante los dos gobiernos del Partido de los Trabajadores. 

Leonardo Fernandes, corresponsal de teleSUR, recalcó que esta movilización es histórica porque es la primera vez que reúne a las tres principales centrales de trabajadores de izquierda del país, entre las que destaca la Central de Trabajadores (CTB) y la Centra Única de Trabajadores (CUT). También congrega a más de 50 organizaciones que componen los frentes políticos Brasil Popular y Pueblos Unidos.

Estas movilizaciones a la que asisten la presidenta Dilma Rousseff y el exmandatario Luiz Inàcio Lula da Silva, se realizan para defender la democracia y las conquistas de las últimas décadas conseguidas por el Partido de los Trabajadores.

Otro corresponsal de teleSUR, Ignacio Lemus, desde Río de Janeiro, donde también se realizaron movilizaciones, recalcó que estos actos tienen el objetivo de hacerles llegar el mensaje a los empresarios interesados en el juicio político contra Rousseff que no permitirán ninguna clase de retroceso en los beneficios sociales obtenidos ni ninguna política de ajuste fiscal.

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La clase obrera sabe y entiende, explicó, que si el vicepresidente Michel Temer asume la presidencia, la crisis económica que actualmente vive el país no mejorará. Por el contrario, empeorará, explicó el corresponsal. 

"No tenemos miedo de ser felices, vamos a ocupar el país para acabar con el golpe", dijeron con voz férrea los líderes sindicales en un evento multitudinario, a propósito de celebrarse el Día del Trabajador. 

Los trabajadores insistieron en que "no vamos a tener golpe, porque Temer (el vicepresidente) tiene solo un uno por ciento de aceptación". 

"Vamos a defender este país. Ellos quieren la paz de los cementerios, pero nosotros vamos a defender la democracia con la Constitución en la mano y vamos a enterrar a los golpistas. No pasarán. No habrá tercerización, no habrá flexibilización de los derechos, no habrá paz a partir de ahora", soltó otro de los dirigentes sindicales durante la concentración.

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Con respecto a la posible Presidencia de Temer, los manifestantes indicaron que se negarán a aceptar a un presidente que no fue electo en democracia como Rousseff, y que antes se encargarán de desengañar a los ciudadanos manipulados por los medios de comunicación.

Aseguraron que Temer solo tiene una aceptación del uno por ciento, y que el resto de la población lo rechaza.

"Quédate querida Dilma", expresaron los manifestantes con emotividad. 

En contexto
En los próximos días una comisión del Senado decidirá si procede el juicio político contra la presidenta de Brasil.
De realizarse, Rousseff deberá separarse de su cargo por 180 días en los que será investigada. De ser declarada culpable, la mandataria será destituida y no podrá ser reelecta por ocho años. Entre tanto, Michel Temer, el vicepresidente de Brasil, asumirá la presidencia interina hasta 2019.

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