Pese al dolor de ver a la ciudad donde habitan destruida, los damnificados de la provincia de Manabí, en Ecuador, manifiestan tener toda la fortaleza para luchar por la vida.
"Las cosas materiales se pueden recuperar pero no la vida. Hay que dar gracias a Dios”, opinó Jésica Intriago, una de las personas que convive en el albergue.
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En los alrededores de las dependencias del ECU-911 de esta ciudad ecuatoriana, desde donde se coordina toda la logística para atender a los afectados por el potente terremoto ocurrido el pasado sábado en esta región, los supervivientes tratan de hacer lo posible por vivir aunque sea unos minutos ajenos al trauma causado por la tragedia.
Ellos aún se niegan a regresar a sus hogares porque temen que se produzca una fuerte réplica que termine por derrumbar sus hogares. Sin embargo, no desean ir al albergue oficial levantado en la pista del antiguo aeropuerto porque está muy lejos de sus casas y no quieren que los ladrones aprovechen su ausencia.
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Unidad en momentos difíciles
Pese a estas dificultades, los refugiados expresaron sentirse agradecidos con las muestras de solidaridad que reciben de todo el país y del mundo.
“Acá se han acercado a darnos mensajes de aliento, nos traen comida, agua, ropa y eso nos levanta el ánimo”, dijo Diocelina Cantos, otra de las refugiadas en el albergue.
Esta solidaridad no solo se ve en este albergue en particular.
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Unos enfrentan las carencias y la situación crítica con la ayuda de voluntarios que transitan por las calles de la destrozada ciudad entregando sus donaciones a los ciudadanos manabitas.
Otros recurren a la unidad comunitaria. En Portoviejo, por ejemplo, un grupo se juntó y se han acomodado en carpas a la espera de las instrucciones del Estado para mejorar su situación.
“Tenemos que estar unidos, es la única forma de salir adelante”, subrayó Susana Chóez, habitante de esta localidad en la que los vecinos no solo se consuelan entre sí por las pérdidas de familiares y seres queridos, sino que también colaboran para cocer en cocinas improvisadas los alimentos recibidos de personas caritativas o representantes de instituciones oficiales.
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