Un especialista en sismología neozelandés afirmó que el influjo de la Luna en las mareas podría haber causado el fuerte terremoto que sacudió a Nueva Zelanda la noche del domingo.
El miembro del instituto de investigación GNS Sciense -orientado en geología, geofísica y ciencia nuclear- John Ristau sostiene que la influencia que tiene el satélite terrestre sobre las mareas "aumenta las tensiones en la corteza terrestre" lo que significa, que si al norte de la región de Cantebury había una falla a punto de romperse, la superluna probablemente fue "la gota que colmó el vaso", informó el portal neozelandés Nwshub.
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Tal vez la especulación del científico neozelandés se deba al hecho de que no es la primera vez que después de una superluna tenga lugar un terremoto de gran magnitud. Recordemos que el 18 de marzo de 2011, un fenómeno astronómico similar se apoderó del cielo nocturno durante ocho días después de que un seísmo y tsunami destruyera Japón y ocasionara el desastre nuclear de Fukushima.
Los investigadores del GNS Science consideran que tuvieron lugar dos sucesos distintos. Es decir, primero un terremoto de falla inversa-se da cuando un lado de la Tierra se eleva sobre el otro- cerca de Kaikoura, y otro sismo en alta mar en donde el desplazamiento se da de manera horizontal.
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El investigador ha llamado la atención de las personas que viven cerca de las zonas afectadas y los ha instado a prepararse para presenciar una serie de réplicas que tendrán lugar en las próximas semanas y que se podrían prolongar durante un mes.