Durante la última semana las costas de Japón se han estremecido a causa de tres sismos de mediana escala, y en relación a esto, un estudio publicado en la revista científica “Science” asegura que esta es la antesala de un devastador terremoto, con características similares al movimiento telúrico de 9.0 que se registró en la región de Tohoku en el 2011.
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El pasado lunes un sismo de 5.6 sacudió las islas Izu, una zona ya acostumbrada a este tipo de actividades telúricas. Un día después, se registró el hasta ahora más fuerte de esta cadena de terremotos, con una magnitud de 6.8. Finalmente este viernes, se produjo la tercera actividad sísmica en las fosas oceánicas cercanas a la isla de Kyushu que alcanzó los 5.1 grados en la escala de Richter.
Los tres movimientos telúricos no han dejado víctimas ni daños materiales y tampoco han generado alerta de tsunami.
Investigadores han afirmado que la detección de estos temblores podría ayudar a que los sismólogos determinen por medio de los sismógrafos instalados a lo largo de las fosas oceánicas, dónde y cuándo podrían ocurrir futuros terremotos devastadores.