En contexto
El Gran Terremoto de Japón Oriental fue un movimiento telúrico de una magnitud 9,0 en la escala de Richter cuyas consecuencias fueron olas de hasta 40 metros de altura.
El terremoto y posterior tsunami marcó el año 2011 para los japoneses. La duración del terremoto fue de 6 minutos según los sismólogos.
Expertos estimaron que los daños le costaron al estado de Japón cerca de los diez billones de dólares. Para el 16 de diciembre de 2011, se reconocieron 992 muertes indirectamente relacionadas con el terremoto, causadas por las duras condiciones de vida luego del desastre.