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Mientras que Trump no dice claramente cómo cumplirá con sus promesas; Clinton parece querer continuar con el legado intervencionista de la potencia norteamericana.

Mientras que Trump no dice claramente cómo cumplirá con sus promesas; Clinton parece querer continuar con el legado intervencionista de la potencia norteamericana. | Foto: Reuters

Publicado 27 julio 2016



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El panorama para el mundo no parece muy alentador con cualquiera de los dos candidatos a ocupar la presidencia de Estados Unidos.

Un mundo con Trump al mando de EE.UU.

Desde que la campaña por la presidencia por Partido Republicano de Donald Trump iniciara junio de 2015, muchas han sido las polémicas que ha suscitado a raíz de sus controvertidas declaraciones. Pero lo cierto, es que pocos tienen claro cómo estaría exactamente EE.UU. bajo la administración del magnate.

"Para cualquiera que se haya propuesto entender cómo sería una administración Trump, la estrategia del candidato —que consiste en hablar sin especificar— supone un gran obstáculo", opinó el Huffington Post.

El diario estadounidense Huffington Post, en su versión en español, ha señalado que es realmente "difícil adivinar cuántas de las propuestas de Trump funcionarían si se pusieran en práctica", pero que sí era muy fácil "llegar a la conclusión de que el mundo se convertiría en un lugar diferente" en el momento en que Trump asumiera el mandato.

Trump ha dicho de sí mismo que él es esencialmente "un buen tipo, créanme, me siento orgulloso de serlo, pero a la vez soy apasionado en la aspiración de que nuestro país sea grande de nuevo". Solo él tiene claro qué encierra esa gran aspiración de que su país "sea grande de nuevo".

Lo que sí ha dicho claramente es que en materia de política exterior, Trump ya ha prometido que "pondrá siempre los intereses de los estadounidenses y la seguridad por delante de cualquier otra cosa. 'Primero Estados Unidos' será el tema principal de mi administración", expresó.

A través de una breve ojeada a su discurso se puede tener una idea de lo que podría ocurrir:

1- Para Trump el Oriente Medio se encontraría mucho mejor de lo que hoy está si los dictadores Muammar Gaddafi y Sadam Hussein se encontraran aún al mando de Libia e Iraq, respectivamente. "Libia es un desastre. Irak es un desastre. Siria también", señaló en una de sus intervenciones.

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2- Respecto a la situación en Siria, Trump ha señalado que "bombardearía al (autodenominado) Estado Islámico hasta hacerlo desaparecer de la faz de la tierra". Desde su perspectiva, la mejor forma de acabar con el Daesh (por sus siglas en árabe) sería quitarles su fuente de poder: "¿Saben por qué son ricos? Porque tienen petróleo. Les arrebataré por completo su fuente de riqueza, que es el crudo. Los bombardearé hasta erradicarlos".

Trump también ha manifestado en algunos de sus discursos que mataría a los familiares de los terroristas. Este es un punto muy sensible no solo por las implicaciones en las violaciones de derechos humanos, sino también porque si Trump fracasa en su intento en convencer a todas las facciones del gobierno federal para hacer su voluntad (sea cual esta sea), la Casa Blanca y el Ejército estadounidense podrían enfrentarse.

Y si este panorama no ocurre y el Ejército acepta cada orden emitida del Ejecutivo, la verdad innegable es que "Trump no ha puesto mucho empeño en ocultar su debilidad por el gobierno autoritario", así que la crisis interna para EE.UU. sería invariable.

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3- Pero el mundo no tendría que lidiar solo con el hecho de una de las primeras potencias mundiales esté bajo una administración dominada por el autoritarismo, sino también con un régimen ampliamente abierto a admitir en su sistema métodos de tortura como el "submarino" o ahogamiento simulado, que consiste en cubrir la cara de una persona con una manta y verter agua sobre su rostro, y algunas otras modalidades en los "interrogatorios extremos". Esto como forma de lucha en contra del Daesh.

4- La animadversión del magnate pretende extenderse a todos los que ostenten la religión musulmana. Trump ha expresado estar convencido de que debe existir vigilancia federal en todas las mezquitas de EE.UU. Para él, las fuerzas de seguridad deben vigilar a todos los musulmanes en suelo estadounidense como iniciativa "contraterrorista". No importa que esta medida sea "políticamente incorrecta".

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5- Por esta misma tendencia xenofóbica se ubica el especial rechazo que le dedica al inmigrante mexicano. No se sabe exactamente cómo lo conseguirá, pero ya ha prometido que si llega al poder hará que la República de México pague la construcción de un muro fronterizo de más de mil 600 kilómetros, valorado entre 2 mil 200 millones y 13 mil millones de dólares. Con este muro evitaría no solo que ingresen al país mexicanos ilegales, sino también refugiados sirios. 

El multimillonario está convencido de que los inmigrantes mexicanos son en su mayoría criminales y "están trayendo drogas, crimen y además, son violadores", apuntó. Por lo que planea deportar a más de 11 millones indocumentado, algo que le costaría al país 114 mil millones de dólares. Otras estrategias para evitar la migración sería aumentar el costo de las visas, iniciar una guerra comercial con México y debilitar el peso frente al dólar.

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6- Su política hostil también irá dirigida hacia China. Tras asegurar que ese país debería trabajar en varios asuntos antes de poder negociar con Estados Unidos de forma más equitativa. Señaló que también devaluaría la moneda del gigante asiático y lo forzaría a cambiar sus estándares ambientales y laborales.

7- Por último, mientras los jefes de Estado de los países miembro de la Asociación de Estados de el Caribe (AEC) trabajan para enfrentar los retos del desarrollo sostenible y el cambio climático; Trump ha indicado que considera que el "cambio climático" es una mentira y que poner restricciones ambientales para los negocios solo reduce su competitividad en el mercado global.

Trump amenaza con convertirse en un presidente autoritario que asume que podrá hacer lo que se le antoje.

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Un mundo con Clinton al mando de EE.UU.

Un gobierno por el Partido Demócrata con Hillary Clinton tendría puntos de desencuentros con un panorama en el que si Trump asumiera el mando. Dos de sus promesas de campaña son:

1- El impulso a energías limpias a hacerle frente al cambio climático, “una de las amenazas definitorias de nuestro tiempo”. Tras criticar al Partido Republicano, prometió convertir a EE.UU. en el “superpoder de la energía limpia del siglo XXI”.

2- Para los inmigrantes indocumentados prometió su regularización porque está convencida de que deben existir vías para acceder a la ciudadanía con plenos derechos. "Debemos ofrecer a las familias inmigrantes que trabajan duro y que cumplen con la ley un camino a la ciudadanía. No un estatus de segunda clase", señaló.

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Pero según Ivan Eland, director del Centro de Paz y Libertad del Instituto Independiente de Oakland, Clinton tiene una política exterior más aterradora con su "intervencionismo agresivo" bajo el nombre del "liderazgo mundial norteamericano".

Clinton criticó duramente a Trump por haber manifestado que creía que Japón y Corea del Sur debían solucionar sus conflictos pese a que esto abra la puerta al posible uso de armas nucleares por parte de esos países. Con ello, la candidata demostró que la política intervencionista de EE.UU., nacida durante la Guerra Fría, para ella sigue vigente.

Mientras que Trump al menos se cuestiona "el anticuado, inflexible y costoso compromiso de proteger a un gran número de países alrededor del mundo", Clinton sigue apegada a las alianzas, formales e informales, que han llevado a EE.UU. a instalar bases militares por todo el mundo y a que continúe con sus campañas militares sin fin.

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Todo esto bajo el pretexto de garantizar la seguridad de los países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) o de otras naciones como Japón, Corea del Sur, Taiwán o Israel. Pero lo que en realidad busca es "mantener en pie la idea de un Imperio norteamericano", según señaló Eland, siempre bajo la posible amenaza de bombardear a Rusia y a China.

De hecho, en algunos de sus discursos, la candidata señaló que estas dos naciones siguen siendo un reto para la nación norteamericana, China por el conflicto en el mar de la China Meridional con la construcción de instalaciones militares en la zona, y Rusia por su capacidad de construir drones submarinos capaces de portar armas nucleares.

Clinton no cambiará con la estrategia intervencionista de Estados Unidos.

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