Los presidentes de Rusia y de Turquía se reunirán el próximo 9 de agosto en San Petersburgo (oeste), para dialogar sobre la situación en Siria y para evaluar la normalización de las relaciones bilaterales entre estos dos países. "Habrá un intenso intercambio de puntos de vista sobre los problemas regionales, incluido Siria", informó Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin.
Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan, los mandatarios de Rusia y Turquía respectivamente, han discrepado profundamente sobre la realidad de Siria en los últimos tiempos, porque el primero defiende la legitimidad del presidente Bashar Al-Assad, mientras que el segundo apoya abiertamente a la oposición armada siria, en muchos casos asociada con el terrorismo internacional.
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No obstante, en junio pasado Erdogan dio un vuelco en su política exterior y emprendió causas para normalizar las relaciones con Rusia e Israel, así como reanudar la cooperación antiterrorista. Según analistas rusos, este cambio pudo motivar el intento de golpe de Estado ocurrido en Turquía.
Al respecto, Peskov recordó que "Rusia y Turquía estaban ligados por unas relaciones de asociación (...) y mantenían un diálogo político muy profundo", por lo que tras la recuperación del orden político en Ankara después de la intentona golpista, Putin llamó por teléfono a Erdogan para expresarle su apoyo y abogar por "el pronto restablecimiento del orden constitucional y la estabilidad" en Turquía.
De allí que el portavoz indicara que también aprovecharán este encuentro presencial en la antigua capital rusa para hablar del "ritmo" de restablecimiento de las relaciones políticas y comerciales, las cuales se habían congelado luego de que Turquía derribara un avión de combate ruso en la frontera con Siria el pasado mes de noviembre y de que este regresara de bombardear instalaciones terroristas en Siria.
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