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El gobierno de México descartó que bloqueos y protestas del movimiento por las tierras de San Salvador de Atenco (oriente) paralicen la ampliación del Aeropuerto de la Ciudad de México, por considerar que "ni un metro de tierra de ejidales serán afectadas por las obras".
El secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Jorge Ramírez, dijo que los terrenos donde se construirá el aeródromo son federales, por lo que el presidente Enrique Peña Nieto no pensará en frenar las obras. Aunque la Cámara de Diputados también advirtió sobre el impacto ambiental de las obras por ocupar parte del Lago Texcoco.
Varios legisladores dicen estar de acuerdo con modernizar las instalaciones del aeropuerto, pero recomendaron crear una Comisión que otorgue seguimiento a las obras y supervise su transparencia ambiental.
Al menos 12 mil 500 hectáreas son exclusivas de la reserva ecológica, y según Ramírez, fue voluntad de los ejidatarios vender las tierras al Estado. “El aeropuerto no depende de que se compre o no tierra de Atenco”, subrayó.
Este miércoles, los ejidatarios integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra realizaron un recorrido por los terrenos del Lago de Texcoco, donde se construirá aeropuerto y anunciaron que reactivarán su lucha contra la toma de tierras ecológicas.
Además dejaron claro que la resistencia será contra las construcciones y en defensa de la tierra, como hace 12 años cuando el expresidente Vicente Fox, pretendió ampliar la terminal aérea en esa zona.
Mientras, Peña Nieto ha preferido evadir los descontentos y asegurar a los mexicanos que "su Gobierno actúa con toda responsabilidad sobre los terrenos ecológicos de Atenco. Los activistas destacan que sus tierras se verían afectadas porque están en el mismo perímetro que las federales.
Así quedarían las instalaciones del aeropuerto.
