El papa Francisco pidió este domingo en su acostumbrado rezo del Ángelus el cese de los enfrentamientos al este de Ucrania y la reanudación del diálogo, en un contexto en el que el Presidente Piort Poroshenko afirmó que “no hay alternativa” para los acuerdos de paz.
"Sigo con viva preocupación los enfrentamientos en el este de Ucrania, que continúan provocando numerosas víctimas entre la población civil (…) Aseguro mi oración para todos los que sufren y renuevo mi petición de que se reanude el diálogo y se ponga fin a cada hostilidad", manifestó el Papa asomado a la ventana de su estudio privado, en el Palacio Apostólico del Vaticano.
La petición del papa Francisco surge el mismo día en que Ucrania decretó luto nacional por la muerte de 30 civiles luego de un ataque ocurrido en Mariúpol, ubicado en Donetsk (al este de Ucrania).
“Cristianos divididos por el diablo”
Francisco volvió a apelar por la plena unidad de los cristianos porque así lo planteó Jesús y culpó al diablo de “todas las divisiones”.
"Tenemos que rezar para que sea el Espíritu Santo quien nos una. Jesús quería la unidad de todos. El diablo es el padre de las divisiones, siempre divide, siempre hace guerras, hace mucho daño", enfatizó.
En contexto
Desde el pasado 13 de enero se han registrado intensos enfrentamientos al este de Ucrania, pese a la tregua declarada en las conversaciones realizadas en Belarús.
El asesor del presidente de la República de Donetsk, Valentín Motuzenko, declaró que militares ucranianos ordenaron el pasado domingo un ataque masivo contra Donetsk con todo tipo de armamento, tales como artillería, lanzacohetes, lanzaminas y lanzagranadas.
El conflicto en Ucrania inició tras la operación militar que Kiev lanzó en el este de ese país contra los independentistas, que se niegan a reconocer al nuevo Gobierno tras el derrocamiento del presidente Viktor Yanukovich en 2013.
A raíz del golpe de Estado en Ucrania en 2013, y la subsecuente independencia de varias regiones al este del país, estalló un conflicto que ha dejado casi un millón de desplazados y unos 600 mil refugiados, estos últimos ubicándose mayormente en la vecina Rusia.