El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, condenó el miércoles la masacre en Pakistán, donde unas 45 personas perdieron la vida y otras 12 fueron heridas durante un ataque terrorista en la ciudad de Karachi, al sur del país.
Un comunicado publicado por el diplomático pide a las autoridades del país"tomar todas las medidas necesarias para llevan ante la justicia a los responsables de tan despreciable acto".
A su vez transmite sus condolencias a los familiares de las víctimas y espera que los heridos durante el ataque se recuperen pronto.
De igual forma la ONU pidió al Gobierno pakistaní que haga mayores esfuerzos para proteger a las minorías chiitas y cristianas del país, que han sido víctimas de ataques constantes durante los últimos años.
Una fuente policial informó a medios internacionales que el vehículo se desplazaba por la ciudad de Karachi (sur), cuando se produjo un tiroteo contra los pasajeros.
Las versiones de prensa local señalan que el ataque buscaba asesinar a la minoría chií. El autobús se dirigía a un centro comunitario de la confesión musulmana chií ismaelí cuando más de seis hombres armados abordaron el vehículo y abrieron fuego.
Luego huyeron en tres motocicletas, dijo el jefe de la policía provincial, Ghulam Haider Yamali, Añadió que el personal de rescate registró 12 heridos, y entre los muertos hay 25 hombres y 16 mujeres. Hasta el momento ningún grupo extremista se ha adjudicado el atentado.
"Eran personas inocentes", dijo por su parte el ministro jefe de la provincia de Sindh, Qaim Ali Shah. "Nos sentimos muy apenados por este abominable acto", agregó. El jefe policial supone que el ataque pudo ser mandado por los talibanes u otros grupos suníes extremistas que consideran a los chiíes perjuros. Estos tienen brazos armados en Karachi que han atacado a los chiíes.
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