El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, y el Consejo de Seguridad, condenaron este sábado los ataques registrados en Mali donde fallecieron dos cascos azules y un funcionario de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Mali (Minusma).
A través de pronunciamientos por separado, transmitieron sus condolencias a ambos gobiernos africanos y desearon una pronta recuperación a los heridos.
Tanto el máximo representante de la ONU, como el Consejo de Seguridad, exigieron que sean procesados penalmente los responsables del suceso y aseguraron que estos hechos pueden constituir crímenes de guerra.
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Las partes aclararon que las acciones violentas contra los cascos azules no afectarán el apoyo de la ONU al gobierno de Mali.
El ataque con cohetes fue perpetrado la noche del viernes contra una base de la Minusma, en la región de Kidal (noreste) de Mali. La ciudad se encuentra en estado de alerta, con avisos a la población que trabaja en la zona del aeropuerto para que no salga de sus casas.
Kidal escapa de la autoridad del Gobierno central y es controlada por grupos separatistas que imponen su ley, pero a pesar de que muchos de estos firmaron acuerdos de paz con el Ejecutivo maliense, la coalición Ansar Dine se opone a estos pactos y se ha aliado con extremistas.
EN CONTEXTO
Este hecho se produce una semana después del ataque contra hotel Blu Radisson de Bamako, reivindicado por grupos terroristas y que acabó con la vida de 20 personas.
Tras este acontecimiento, el Gobierno alemán anunció el envío de 650 militares a Mali para apoyar los esfuerzos de Francia en su lucha contra el terrorismo en el Sahel.
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