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Líderes de izquierda son víctimas de acciones configuradas como un plan de desestabilización a fin de desplazar a los gobiernos progresistas.
Desde la llegada de los Gobiernos progresistas a Latinoamérica, la región se ha convertido en el blanco de una plan golpista no convencional que con los años ha quedado en evidencia y que ha sido denunciado por líderes de izquierda como un nuevo Plan Cóndor.
En entrevista exclusiva a teleSUR, el analista y periodista Miguel Jaimes aseguró que esta nueva operaciónes de bajo perfil, debido a que, mientras en Medio Oriente se busca implantar la guerra y el empleo de armamento bélico, en América Latina se promueven los juicios políticos como el aprobado recientemente a la mandataria de Brasil, Dilma Rousseff, y como el que se intenta imponer a la expresidenta de Argentina, Cristina Fernández, para enterrar su liderazgos.
Por su parte, el investigador Adalberto Santana dijo que el fin último de estos procesos es aplicar el "pentagonismo" en el Sur, dado los recursos petroleros, ambientales y económicos con los que cuenta la región.
También, atribuyó el Plan Cóndor a la intención de Norteamérica desmontar la revolución y los gobiernos populares, para mantener su "dominio".
Constantes denuncias del Plan Cóndor
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció nuevamente la puesta en marcha de un Plan Cóndor como ofensiva imperial para romper el orden constitucional de los países de la Patria Grande, con el propósito de restituir el neoliberalismo y judicializar la política.
Maduro no ha sido el único mandatario que ha expresado su preocupación por una cruzada que "persigue desaparecer los gobiernos de izquierda", su homólogo ecuatoriano, Rafael Correa, viene alertando desde principios del año pasado sobre los intentos de desestabilización contra los gobiernos progresistas en Latinoamerica.
Su denuncia cobró más fuerza este año ante los hechos registrados en Brasil cuando fue detenido el exmandatario de esta nación y "sometido al escarnio público luego de anunciar que participaría como candidato a la presidencia" en las elecciones de 2018.
"¿Usted cree que eso es casualidad? Es el nuevo plan Cóndor contra los gobiernos progresistas (…) Ya no se necesitan dictaduras militares, se necesitan jueces sumisos, se necesita una prensa corrupta que incluso se atreva a publicar conversaciones privadas, lo cual es absolutamente ilegal", dijo Correa.
Hoy la intranquilidad en la región crece ante el golpe suave de Brasil. "Querer romper el orden constitucional, sacar un presidente democráticamente electo es gravísimo, la judicialización de la política, un juez no tiene legitimidad democrática para tumbar a un Gobierno (...)", añadió.
EL DATO:
El Plan Cóndor fue una operación que consistió en la coordinación de acciones entre las dictaduras de derecha que se registró en varios países de Suramérica (Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia, Perú y Ecuador) entre las décadas del 70 y 80 en el que estuvo involucrado EE.UU.
En julio de 2015, el jefe de Estado venezolano ya había denunciado la existencia de una conspiración contra los procesos revolucionarios del continente, "una ofensiva global".
Destacó que la intención de la derecha es revivir los procesos de hace 40 años y señaló que esta operación ya no incluye golpes militares ni dictaduras forzadas, sino implantar el modelo neoliberal por medio de acciones que parecen legítimas porque cuentan con el aval de instituciones, parlamentos y senados.
Ruptura del orden interno de los países
Las constantes presiones económicas impuestas a Argentina, la desestabilización de la economía a través del ataque a su moneda y el desabastecimiento, además de la criminalización de los gobiernos progresistas, son señaladas por Jaimes como muestras claras de la existencia de un plan para la erradicación de movimientos de izquierda en Suramérica.
Estos constituyen factores que buscan crear desesperanza en la población, frenar los programas sociales de los Estados y acabar con la imagen de los liderazgos revolucionarios en la región, empleando a los medios de comunicación para generar el rechazo masivo.