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La isla de Lampedusa se ha convertido en un “cuello de botella” de la migración hacia Europa porque es el punto más cercano desde el norte de África.

La isla de Lampedusa se ha convertido en un “cuello de botella” de la migración hacia Europa porque es el punto más cercano desde el norte de África. | Foto: Getty Images

Publicado 9 septiembre 2016



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El 24 de abril, el enviado especial de teleSUR a Italia, Sergio Rodrigo, informó que más de 200 migrantes africanos que hasta ahora permanecían en los centros de refugio en Lampedusa (mar Mediterráneo) fueron trasladados hasta Sicilia (Italia). Conozca la historia que envuelve el drama migratorio hacia Europa desde África.

Samir no se separa de ellos. Son como sus hermanos, salieron juntos de Eritrea hace unos años, ahora pasean por las calles de Lampedusa. No llegan a los 18 años, aunque digan que son mayores de edad.
 
Hace un año partieron de sus pueblo, Samir es musulmán y sus compatriotas cristiano y musulmán, para ellos no es un problema “somos eritreos, y somos como hermanos”, resalta. Su viaje comenzó huyendo hacia Sudán, allí pagaron por viajar a Libia, enrolados en un coche atravesaron la inmensidad del desierto del Sahara.
 
El paso fronterizo de Kufra en Libia entre Sudán, Egipto y Chad lo atravesaron sin parar, su objetivo era las costas de Libia para atravesar a Europa. Samir quiere llegar a Inglaterra, su sueño “jugar al fútbol en el Liverpool”.

 Samir junto a sus compañeros de viaje en Lampedusa. Foto: Sergio Rodrigo.

Tras varios meses y después de recopilar mil 700 dólares, no confirma de dónde y cómo, paga una red que lo embarca en algún lugar de la costa libia hacia Europa. La barcaza, un pesquero como el que naufragó la madrugada del 18 al 19 de abril, se agolpan unos 600, todos del Cuerno de África relata el migrante quién además afirma que pasaron dos días a la deriva.

La Guardia Costiera italiana logró localizarlos y trasladarlos a Italia, su próximo objetivo es Roma, pero de momento pasea junto a sus hermanos por Lampedusa, al caer la noche se acerca a la iglesia del Lampedusa, allí se agolpan a la cabina y algunos hacen algunas llamadas. Su casa por estos días, el centro de migrantes de Lampedusa, están abarrotado y las colas en las cabinas se perciben desde fuera.

Lampedusa, la isla salvavidas del Mediterráneo.

 

Miles de migrantes embarcan en el puerto de Lampedusa. Foto: Sergio Rodrigo

Entre África y Europa, Lampedusa se ha convertido en los 20 kilómetros cuadrados más ansiados por las personas que cruzan el Mediterráneo, su posición cercana, sobre las 50 millas de África, le convierte en el flotador de la ruta migratoria más peligrosa del mundo.

Sus ciudadanos viven de la pesca y algo de turismo, pero sus aguas están bañadas de historias. No es difícil en los últimos años que los pescadores encuentren salvavidas o partes de embarcaciones naufragadas,  e incluso la gran mayoría han encontrado cuerpos.

Vicenco es capitán de barco y ha encontrado a centenares de migrantes en el mar, sin embargo nunca pueden hacer nada ya que el Gobierno italiano se lo impide. “Nosotros llamamos a la Capitanearía, a las autoridades y ellos intervienen para salvarlo, a veces le escoltamos si están en peligro para hasta que puedan salvarlo”  lo cierto es que desde los últimos 20 años esta isla se encuentra sola ante los flujos migratorios pese a contar con el centro de Acogida temporal de migrantes del mediterráneo.

Su alcaldesa  Giuseppina Nicolini cree que desde la visita del Papa Francisco se siente meno solos, "la red de acogida en el resto de país no existe” relata la portavoz de un pueblo de cinco mil habitantes, quien destaca que en Lampedusa se vive en “un estado de emergencia esencial. Porque el centro de acogida está sobrecargado o cuando tenemos que acoger a los muertos. En este caso, la gente está muy cansada. Hay un sentimiento profundo de cansancio y de rabia porque estamos frente a una injusticia que se repite siempre de la misma manera"

Los migrantes de Lampedusa apenas pasan varias semanas en la isla, tras ser rescatados, luego son enviados a centro como el de Mineo, sin embargo sus ciudadanos quieren buscar una solución humanitaria a los muertos del mediterráneo.
 
Europa cierra sus puertas al refugio

 

 Migrantes tras las barreras del puerto de Lampedusa. Foto: Sergio Rodrigo
 

Italia busca una acción militar, actualmente sin el aval de las Naciones Unidas, que pretenden bombardear las barcazas de los migrantes para que estos no puedan acceder, algo que facilitaría la huida de estos refugiados por vías más peligrosas como las balsas de plásticos. “Es una acto de guerra que hacen contra un país que están en una inestabilidad política y creo es una respuesta muy peligrosa e insensata, y no me resulta útil para combatir la trata de seres humanos ni para rescatar a las personas” destaca  la alcaldesa de Lampedusa.

En su pueblo los migrantes cada vez lo pronuncian más, “ballistic boat”, embarcaciones de plástico que usan los migrantes ante la falta de pesqueros como el que naufragó la madrugada del 19 de abril.

En una de esas iba Mohamed, un refugiado somalí que ha huido de su país tras la guerra entre Al Shabab y el Gobierno, una guerra civil que ha provocado una de las peores crisis humanitarias en el cuerno de África. Recorrió África hasta Sudán, allí logró entrar en Libia a través de una red que lo mantuvo en Bengasi desde donde partió.

“El mar es una ruta muy difícil, el trayecto no es bueno porque una vez en el mar tienes dos opciones vivir o morir”. Mohamed logró sobrevivir tras el rescate de la Guardia Costiera de Italia quién lo llevó hasta Lampedusa, ahora espera solventar su situación.

Las reuniones de la Unión Europea se saldaron sin acuerdos entre las partes, tan solo la opción de seguir reforzando sus fronteras en el sur de Europa, pese a los reclamos de organizaciones como el OIM que destacan que el 65 por ciento de las muertes de migrantes durante el 2016  se produjeron en e Mare Nostrum.

Empujados por la violencia

 


Migrantes caminan al campamento humanitario de Augusta tras ser rescatados en el Mediterráneo por Italia. Foto. Sergio Rodrigo.

 
Eritrea, Somalia o Nigeria, son algunas de las nacionalidades que huyen por el mediterráneo de África. El motor de su huida es el miedo y la violencia, como Richard que una explosión de Boko Haram le hizo huir tras haber perdido en actos terroristas a su padre y su hermano.
 
Es joven nigeriano cayó desde un bloque en Abuya y se partió su muñeca a causa de la onda expansiva, en su cara aún quedan restos de metralla. Su perfil es de un refugiado, aceptó contratar un viaje y tras esperar dos años en Libia, ya que no podía pagar el viaje al mar, tuve que esperar también durante la violencia en Libia, ahora puede ser expulsado, volver a donde huyó para poder olvidar los daños de la violencia que no se frenan. Como él muchos optaron a una muerte probable en el mediterráneo frente a una muerte segura en su país.
 
El pastor evangelista Aigbedion Okundaye, migrante nigeriano en Sicilia, relata en su homilía del domingo que la tierra es de todos, que las personas no tienen fronteras. Una semana después de la gran tragedia del mediterráneo y tras atravesar la crisis migratoria en Europa más importante tras la segunda guerra mundial este pastor cree que Europa se confunde “están buscando un mejor de futuro huyen de sus países, es la razón por la que embarcan par atravesar el mediterráneo, para poner a salvo sus vidas”, y destaca que no solo les persigue la violencia en sus países sino también en Libia.
 
Europa, que ha reconocido su responsabilidad en la inestabilidad del país tras la intervención contra Gadafi, cree ahora que el problema es Libia, y quieren evitar que los refugiados lleguen allí, usar a los países fronterizos como tapón de las migraciones. Para ello Bruselas ofrecerá más recursos a países como Túnez, Sudán o Egipto, en concreto a su policía, para que controlen mejor sus fronteras y eviten que los inmigrantes accedan a los puertos del Mediterráneo.
 
Unas medidas que vuelven a denotar el interés de Europa de seguir reforzando su frontera sur frente a la necesidad de abrir una opción humanitaria ante los más de 3 190 fallecidos durante el 2016, y con un proceso migratorio que aumentará en las próximas semanas
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Sergio Rodrigo
Lampedusa (Italia) @SrodrigoTeleSur


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