El medio ambiente ha necesitado de una mayor defensa. En los últimos años la tecnología impulsada por los países desarrollados atenta cada vez más contra la naturaleza. Nunca antes la defensa del hábitat había sido tan mortífera como en la última década.
Datos de la organización no gubernamental Internacional Global Witness señalan que en todo el mundo se han registrado 1.024 asesinatos contra activistas medioambientales desde 2002 hasta 2014, de los que solo el 1 por ciento ha sido juzgado y condenado.
Honduras es el país más peligroso para estos defensores. Posee el mayor número de asesinatos por defensa del ambiente per cápita de los últimos cinco años.
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Los hondureños han visto morir a 111 defensores ambientales de 2012 a 2014. Solamente el conflicto en el valle del Bajo Aguán ha cobrado la vida de 93 campesinos hasta el 2013, quienes habían mantenido disputas con la empresa hondureña Dinant, productora de palma de aceite, y sus cuerpos de seguridad privados.
El más reciente crimen es el de la hondureña Berta Cáceres. Durante años fue amenazada de muerte, pero a pesar de las intimidaciones y la coacción, nada ni nadie la frenó en su lucha por los derechos del medio ambiente y del pueblo indígena Lenca. La madrugada del 4 de marzo fue asesinada a tiros en su vivienda.
Este caso, así como los más de mil homicidios, no es más que el reflejo de una alarmante situación que enfrentan indígenas y activistas quienes protegen el planeta frente a intereses económicos y políticos.
Brasil, Colombia, Filipinas, Honduras, México, Perú, Guatemala y Tailandia son los países que encabezan la lista negra. Entre estos siete suman 913 homicidios de activistas de los 1.024 cometidos en todo el mundo.
El informe destaca que en China, Asia Central y Oriente Medio existen escasos datos sobre los asesinatos debido a la censura de la información.