En lo que constituye otro ejemplo del legado internacionalista de Fidel Castro, 134 pobladores del municipio de Chimalhuacán, perteneciente al estado de México, recibieron el título de graduados por el método de alfabetización Yo sí puedo, creado por educadores cubanos.
Con esta graduación, la número 22 desde que llegaron colaboradores de Cuba, suman 14 295 las personas de ese territorio de la zona oriente del Valle de México que han aprendido a leer y escribir en los últimos 5 años, lo cual ha contribuido a disminuir el analfabetismo de un 5,9 por ciento en 2011 a un 0,9 por ciento en 2016.
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José Antonio del Pino, jefe de la oficina de Educación y primer secretario en la embajada de Cuba en México, destacó el aporte de Fidel a la implementación del método Yo sí puedo y reconoció la labor de los 11 integrantes de la brigada cubana y la voluntad política del Ayuntamiento de Chimalhuacán en la puesta en marcha mediante el sistema Alfa TV.
José Espinosa Gómez, responsable del programa de alfabetizacion. ALFA_TV, recordó como en 2009
izaron la bandera simbólica que distingue a Chimalhuacán como “territorio libre de analfabetismo”.
El convenio que puso en marcha “Yo, sí puedo” en Chimalhuacán fue establecido directamente entre el representante en México del Ministerio de la Educación de Cuba y el presidente municipal, sin pasar por el gobierno federal, y desde entonces se ha renovado cada año.
Durante la graduación, varios de los graduados expresaron su agradecimiento a los maestros cubanos.
El método Alfa TV
Alfa TV. denominan en Chimalhuacán el programa de alfabetización “Yo, sí puedo”, que desarrolló el Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño, creado por el gobierno cubano.
La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) otorgó al plan el premio alfabetización Rey Sejong, en 2006.
El programa tiene por objetivo enseñar a leer y a escribir durante siete semanas mediante un total de 65 clases de una hora cada una. Su particularidad reside en la progresión del aprendizaje, desde los números hacia las letras.
Asimismo, media hora de cada clase se enseña con video –de ahí “Alfa(betización) TV”–. El plan parte del principio de que los números son conocidos mediante las transacciones diarias y, por lo tanto, atribuye una cifra a las sílabas siguiendo su orden de complejidad: la “a” es 1, la “e”, 2, etcétera.
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En los cursos se crean grupos con personas afines para avanzar juntos, y cada uno fija sus horarios. A veces lo integra una sola persona. Los trabajadores estudian más de noche, mientras que las mujeres tienden a preferir clases por la mañana o la tarde, pero no durante la comida..
“Yo, sí puedo” permite alcanzar el nivel básico. Luego puede ser complementado por el “Yo, sí puedo seguir”, cuyo objetivo es cursar en año y medio el nivel de primaria.