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Ambos mandatarios desarrollaron múltiples proyectos sociales, en busca de la disminución de la pobreza y la elevación de Brasil como nación referencia en el continente.

Ambos mandatarios desarrollaron múltiples proyectos sociales, en busca de la disminución de la pobreza y la elevación de Brasil como nación referencia en el continente. | Foto: EFE

Publicado 1 junio 2017



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Durante 13 años, los Gobiernos de Dilma Rousseff y Luiz Inácio Lula da Silva promovieron una serie de avances políticos, económicos y sociales que derivaron en beneficio del pueblo brasilero.

Actualmente, Brasil experimenta una crisis política e institucional, con el pueblo brasileño en pleno exigiendo la renuncia del presidente de facto Michel Temer, debido a escándalos de corrupción.

Sin embargo, entre 2003 y 2016, con el Partido de los Trabajadores (PT), el país experimentó un incremento en su desarrollo integral y sus ciudadanos se vieron beneficiados por las nuevas políticas propuestas.

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En este sentido, los Gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva (2003 - 2010) y Dilma Rousseff (2011 - 2016 ) significaron el desarrollo de una serie de políticas públicas que derivaron en beneficios sociales para los ciudadanos brasileños.

Logros de los Gobiernos del Partido de Trabajadores


Desde el año 2003, cuando el Partido de los Trabajadores (PT) ascendió al poder en Brasil a través de la elección de Lula, más de 50 millones de brasileños consiguieron salir de la pobreza. Además, fue registrado un crecimiento de las clases medias de la población, gracias al aumento de los puestos de trabajo y a la aplicación de programas sociales que aseguraron la inclusión.

También hubo avances en la reforma del sistema político y electoral, con la intención de promover la participación popular, la descentralización de los servicios públicos y el planteamiento de una mejor distribución de la renta petrolera.

En 2010, Lula dejó su segundo mandato con 80 por ciento de aprobación, 7,5 por ciento de crecimiento económico y un salario mínimo 54 por ciento mayor al de su primer Gobierno.

Dilma y Lula EFE
Lula da Silva impulsó la candidatura de Rousseff, siendo electa en 2010.

Su sucesora en el cargo, Dilma Rousseff amplió los planes sociales y en su primer mandato se generaron más de 5,4 millones de puestos de trabajo y planteó el salario mínimo en 724 reales (aproximadamente 266,4 dólares), lo que representa el mayor poder adquisitivo para los trabajadores brasileños desde 1979.

Asimismo, entre 2008 y 2012, la tasa de desempleo se redujo en 30 por ciento. Igualmente, disminuyó la deuda pública y crecieron las reservas internacionales.

Planes sociales


Entre los programas sociales que fueron aplicados en el país suramericano en este período, destacan el programa "Bolsa Familia", el plan habitacional "Mi Casa, Mi Vida" y el plan "Más Médicos".

El programa Bolsa Familia otorgo ayuda financiera a familias de bajos recursos en Brasil, además de brindar educación gratuita para los infantes. Benefició a más de 11 millones de familias, que representan alrededor de 44 millones de brasileños.

El éxito del Bolsa Familia impulsó el plan hacia naciones como Paraguay, Bolivia y Ecuador junto a ocho países africanos que firmaron acuerdos de cooperación con el gobierno brasileño para adaptar el modelo a sus realidades.

Por otra parte, el plan habitacional "Mi Casa, Mi Vida", surgido en 2009, supuso la entrega de viviendas a hogares cuyos ingresos no sumaban más de tres salarios mínimos mensuales. ha generado cerca de dos millones de empleos.

Asimismo, el programa "Más Médicos", impulsado en 2013 por Rousseff, contó con cerca de 20.000 profesionales de la salud, de los que aproximadamente 12.000 son médicos cubanos que velaron por el cuidado de la salud de más de 63 millones de personas, distribuidas en cuatro mil municipios y 34 distritos sanitarios especiales indígenas.

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Luego del Golpe de Estado hacia la presidenta Rousseff en 2016, estas políticas fueron atacadas por sectores adversos a los gobiernos anteriores, representados principalmente por el nuevo Gobierno de facto de Temer.

Sin embargo, el mandato interino de Temer, caracterizado por las protestas, los recortes y los escándalos de corrupción, parece llegar a su fin, perfilándose nuevamente la figura de Lula como candidato ante unas eventuales elecciones presidenciales, en lo que sería el tercer período presidencial de uno de los dirigentes más representativos de Brasil en los últimos años.


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