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Familiares de las víctimas claman por justicia.

Familiares de las víctimas claman por justicia. | Foto: EFE

Publicado 12 diciembre 2015



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A 30 años de la toma y retoma del Palacio de Justicia en Colombia aún no se castiga a los autores intelectuales y 8 personas siguen desaparecidas.

El 6 y 7 de noviembre de 1985 ocurrió la toma al Palacio de Justicia en la ciudad de Bogotá (capital de Colombia) por parte del grupo insurgente M-19. La organización buscaba adelantar el juicio político al entonces presidente Belisario Betancur por las continuas violaciones al cese al fuego firmado meses antes.

El saldo de la toma: 98 personas muertas, decenas de heridos y 11 desaparecidos.

Los cabos sueltos

1. Aún hay ocho desaparecidos: Carlos Augusto Rodríguez Vera, David Suspes Celis, Bernardo Beltrán Hernández, Héctor Jaime Beltrán, Gloria Estela Lizarazo Figueroa, Norma Constanza Esguerra, Gloria Anzola de Lanao e Irma Franco Pineda.

El pasado 20 de octubre hallaron los cuerpos de tres personas: Cristina del Pilar Guarín Cortés, Lucy Amparo Oviedo y Luz Mary Portela León.

2. Autores intelectuales

Belisario Betancur nunca ha asumido la responsabilidad como ejecutor directo de la masacre en la toma del Palacio de Justicia. El entonces ministro de gobierno Jaime Castro y Enrique Parejo, ministro de Justicia, tenían conocimiento de los planes del grupo insurgente para tomar el Palacio. Por su parte, la ministra de Comunicaciones, Noemí Sanín, silenció a los medios y prohibió la circulación de información.

El dato: Hasta ahora sólo se han castigado a quienes llevaron a cabo la toma y retoma del Palacio, pero no a los autores intelectuales, quienes por acción u omisión son igualmente responsables de los trágicos hechos.

3. Sólo hay dos condenados ¿Qué ha pasado con el resto de los involucrados?

El Tribunal Superior de Bogotá determinó que el general (r) Jesús Armando Arias Cabrales fue el responsable de las desapariciones de Bernardo Beltrán, mesero de la cafetería, y de Carlos Rodríguez, administrador del lugar; David Suspes, administrador; Luz Mary Portela y de Irma Franco Pineda.

Las pruebas determinaron que el manejo de los rehenes estuvo a cargo de Arias Cabrales y del comandante del B2, Edilberto Sánchez Rubiano. Arias Cabrales también impartió instrucciones con la clave “Arcano 6” con la que ordenaba proceder contra "sospechosos". Permanece recluido en la Escuela de Infantería.

El coronel Luis Carlos Sadovnik, segundo al mando de la Brigada 13 del Ejército, falleció en agosto de 2009 y no recibió decisión judicial por su responsabilidad en las desapariciones. Fue uno de los principales responsables de los crímenes. Luego de la tercera declaración en la Fiscalía sufrió un infarto.

La Corte Suprema de Justicia absolvió este 16 de diciembre de 2015 al coronel (r) Luis Alfonso Plazas Vega por su responsabilidad en las desapariciones del administrador de la cafetería Carlos Rodríguez y de Irma Franco durante la retoma al Palacio de Justicia. La orden de libertad se cumplirá de manera inmediata.

¿Quién es Luis Alfonso Plazas Vegas?

Por su parte, el coronel (r) Edilberto Sánchez Rubiano, exjefe del batallón de inteligencia del Ejército, aún no ha sido sentenciado.

4. Tortura y detenciones ilegales

Yolanda Santodomingo Albericci, Eduardo Matson Ospino y Orlando Quijano fueron detenidos de manera arbitraria y torturados.

5. El Estado no hizo nada para evitar la toma

La toma era conocida por el Gobierno y el Ejército pero nadie hizo nada para evitarla. Los militares avisaron cinco horas después al presidente Betancur cuando las tanquetas ya estaban dentro del Palacio. El Estado no protegió a las víctimas que se encontraban en el lugar y no adoptó las medidas necesarias para evitar la tragedia.

6. Lo que falta por resolver

Pese a que el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, reconoció este viernes la responsabilidad del Estado en los hechos del Palacio de Justicia y pidió perdón a las víctimas, los familiares de los desaparecidos aseguran que no es posible que haya perdón sin que se conozca la verdad de lo ocurrido. Además, deben garantizar la reparación y no repetición de los hechos.


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