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Más de 6,5 millones de votantes fueron llamados a acudir a las urnas.

Más de 6,5 millones de votantes fueron llamados a acudir a las urnas. | Foto: EFE

Publicado 21 febrero 2019



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La campaña de descrédito y de difamación contra el presidente boliviano Evo Morales en 2016 fue orquestada por la oposición e influyó para que el No ganara el referendo.

El 21 de febrero de 2016 se realizó en Bolivia un referendo para aprobar o no una reforma parcial de la Constitución de ese país que contemplaba una cuarta postulación de Evo Morales a la Presidencia.

La propuesta, hecha por los movimientos sociales, buscaba permitir la reelección del primer mandatario y del vicepresidente Álvaro García Linera para el período 2020-2025. Sin embargo, el No resultó ganador con 51,31 por ciento de los votos, según el informe del Tribunal Supremo Electoral (TSE).

Más de 6,5 millones de votantes fueron llamados a acudir a las urnas en medio de una campaña calificada como sucia por el Ejecutivo boliviano que tuvo como intención opacar los logros de 10 años de gestión del primer presidente indígena del país.

Campaña sucia de la oposición

Aunque sectores de la derecha boliviana manejaron como matriz que “el pueblo” dijo No a una nueva postulación, no destacan que el 49 por ciento restante votó por el Sí. Evo Morales venía de ganar con 54 por ciento de los votos en las elecciones de 2014 .

La campaña de desprestigio contra el presidente Morales fue orquestada por la oposición. Algunos medios de comunicación se encargaron de replicar noticias falsas que circularon por las redes sociales para promover el “No” al referendo constitucional.

El mismo mandatario denunció la campaña de acoso y difamación en su contra realizada en las redes sociales y advirtió que fue una maniobra de la oposición para mentir a la población.

“Los opositores solo incitan a mentir mediante las redes sociales. Todo por Bolivia, por la dignidad, la igualdad hay que soportar eso, hay que aguantar eso. Por Bolivia vamos a seguir soportando”, resaltó el mandatario en una entrevista en radio Kausachun Coca en esa oportunidad.

¿Cuál fue la estrategia?

Una mujer, vinculada sentimentalmente al presidente boliviano Evo Morales en 2007, hizo aparecer un presunto hijo de ambos; el nexo le permitía gozar de favores de poder. Posteriormente, se descubrió que ni el hijo ni la corrupción existieron.

El exjefe de los servicios de inteligencia bolivianos a principios de la década de los 90, “Carlos Valverde, devenido en periodista, fervorosamente opuesto a Morales y su Gobierno progresista, salió a la luz pública para denunciar, días antes del plebiscito, que el gobernante había tenido un hijo fruto de una relación con la señora Gabriela Zapata y que ella traficaba influencias, en virtud de aquello, y que hasta servía contratos de una empresa china con el Estado”, destaca una nota de prensa de ABI.

 

Investigaciones demostraron que Zapata mintió sobre el supuesto hijo que tuvo con el mandatario boliviano. En una entrevista publicada este lunes en los principales medios bolivianos, Zapata reconoció que Samuel Doria Medina, y su abogado, Eduardo León, la utilizaron para fomentar la mentira sobre el jefe de Estado.

De igual forma, Zapata reveló que le prepararon un libreto que debía repetir durante su comparecencia en la Asamblea Legislativa. Asimismo, afirmó la inexistencia de conversaciones con el entonces ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, a quien dijo no conocer personalmente.

 

Movimientos sociales de Bolivia realizan una movilización cada 21 de febrero por el desagravio y la defensa de la democracia tras estos hechos. 


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