Un juez rechazó los argumentos del estado de Maine de que la enfermera Kaci Hickox debería ser sometida a cuarentena ante la posibilidad de que desarrolle ébola.
El estado pedía que permaneciera en la localidad de Fort Kent, evitara lugares públicos y mantuviera una distancia de casi un metro respecto al resto de personas.
No obstante, Hickox continuará con la supervisión diaria de su estado de salud y coordinará cualquier plan de viaje con funcionarios de salud pública, a los que debe alertar si desarrolla síntomas de ébola.
¿Por qué la imposición de cuarentena?
Al aterrizar la semana pasada en el aeropuerto de Newark (Nueva Jersey) procedente de Sierra Leona, donde estuvo atendiendo a enfermos de ébola, la enfermera de 33 años fue aislada en una carpa con equipos médicos instalada en un hospital de ese estado, y forzada a comenzar una cuarentena, pese a haber dado negativo en las pruebas de ébola.
Trato inhumano
Después de que la enfermera condenara en varios medios de comunicación que esa cuarentena suponía un "trato inhumano", las autoridades de Nueva Jersey pusieron fin a su aislamiento y permitieron su traslado a Maine, donde reside.
El estado de Maine no tardó en ordenar otra cuarentena y Hickox no dudó en desafiarla, con un largo paseo en bicicleta junto a su novio frente a las cámaras.
Medidas de EE.UU.
Las cuarentenas obligatorias a profesionales de salud que regresen a Estados Unidos desde los países afectados en África Occidental se impusieron en algunos estados tras el caso del médico Craig Spencer, que estuvo trabajando en Guinea con Médicos Sin Fronteras (MSF) y dio positivo por ébola días después de su retorno a Nueva York.