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El régimen de Israel aprobó este miércoles la construcción de unas tres mil nuevos viviendas ilegales en la provincia de Al-Quds, Jerusalén, en un momento de tensión tras la nueva de irrupción de colonos en la Explanada de Mezquitas de Al-Aqsa.
Unos 27 colonos entraron por la fuerza en la mezquita acompañados de soldados israelíes, mientras que un grupo de policías obstaculizaban el paso de los palestinos musulmanes al recinto sagrado.
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Las fuerzas de seguridad israelíes bloquearon casi todos los accesos a la tercer lugar más sagrado para el islam y fuentes locales dijeron que los palestinos temen ser atacados en los alrededores de la mezquita.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, ordenó el pasado 14 octubre aumentar la presencia policial en los territorios ocupados de Palestina, donde la ola de violencia promovida por los soldados de Tel Aviv, ha dejado más de 45 muertos y unos tres mil heridos.
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Además autorizó la demolición de viviendas de palestinos acusados como atacantes, aunque testimonios recopilados por medios locales indican que la población ha salido a defenderse con piedras.
Netanyahu informó también que varias propiedades serán confiscadas y sus permisos de residencia, revocados. La decisión del primer ministro israelí se da conocer tras la muerte de cinco soldados durante los enfrentamientos.
Pese a las críticas internacionales y la determinación del presidente palestino, Mahmud Abbás, de denunciar a Israel ante la Corte Penal Internacional (CPI) por masacrar a su pueblo, Netanyahu dijo que reforzará las medidas si es necesario para “luchar por sus frentes” y ha rechazado la supervisión internacional en la Explanada de las Mezquitas.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, anunció que visitará sorpresa a Palestina e Israel para tratar la tensión entre las naciones tras la agresión israelí en Jerusalén.
Ban tiene previsto reunirse con Abbás y Netanyahu por separado antes de ir a las zonas pobladas de colonos donde se ha incrementado la violencia.
