Más de 10.300 hectáreas de terreno forestal quedaron incineradas por las llamas, producto del denominado Blue Cut Fire, que desde el martes se presenta en San Bernardino, California, Estados Unidos, sin que pueda ser controlado.
El jefe de bomberos de San Bernardino, Mark Hartwig, declaró que el fuego golpea "fuerte" al condado y se extiende "rápido" con una "intensidad", que "nunca antes" habían visto.
Los bomberos solo han logrado contener un 4 por ciento del incendio, que forzó la evacuación de al menos 82 mil residentes de más de 34.500 viviendas.
Desde el martes, cuando inició el incendio, se extendió el fuego con mucha facilidad por el terreno escarpado y los matorrales del lugar, que sumado a la sequía que azota al estado de California por quinto año consecutivo, complica las labores de los oficiales.
Son más de 1.500 bomberos que trabajan desde el aire y el suelo, para evitar mayores daños, sin embargo, el Servicio Forestal estadounidense ha indicado que "muchas familias" no encontrarán nada cuando decidan volver a sus casas.
El gobernador de California, Jerry Brown, declaró el propio martes estado de emergencia en el condado de San Bernardino.
Las autoridades mantienen también desde el martes la advertencia de que existe "una amenaza inminente" para la seguridad pública, el tráfico ferroviario y las estructuras de algunas zonas aledañas.