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Más de dos mil combatientes protagonizaron el proceso de desmovilización y abandono de armas.

Más de dos mil combatientes protagonizaron el proceso de desmovilización y abandono de armas. | Foto: CNMH

Publicado 1 marzo 2018



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Hace 27 años el Ejército Popular de Liberación (EPL) llegó a un acuerdo para abandonar las armas y reintegrase a la lucha política legal.

Durante el mandato de Belisario Betancur se iniciaron los diálogos con los grupos insurgentes colombianos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo (FARC-EP), Ejército Popular de Liberación (EPL), M-19, entre otros.

En ese momento, el EPL grupo insurgente de particular arraigo campesino, con mayor número de militantes y de gran presencia regional, había propuesto la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente como medida para conseguir la paz.

A pesar de los intentos, la tregua se rompió por las constantes violaciones de parte del Ejército colombiano que atacaba los campamentos del EPL.

Con el gobierno de Virgilio Barco continuó el proceso de negociación e iniciaron los diálogos con el M-19. En 1990 se llegó a un acuerdo de paz para la dejación de las armas. En este período se consiguió la desmovilización de cerca de 900 combatientes del M-19 y la entrega de cerca de 280 armas.

>> 27 años del acuerdo de paz del M-19 con el Gobierno colombiano

Tras la desmovilización, el M-19 se convirtió en un partido político. A finales de 1990, en la presidencia de César Gaviria, el EPL comenzó a negociar el acuerdo de paz.

Finalmente, el primero de marzo de 1991 cuando sesionaba la Asamblea Constituyente se alcanzó la firma del acuerdo de paz entre el EPL y el Gobierno en donde se produjo la entrega de armas de unos dos mil 600 combatientes durante una ceremonia ocurrida en Pueblo Nuevo, departamento de Antioquia y en cinco campamentos insurgentes más.

>> Culmina dejación de armas de las FARC-EP en Colombia

Tras el acuerdo se logró que el EPL pudiera reinsertarse nuevamente a la vida civil y pasaron a llamarse “Esperanza, Paz y Libertad”. Luego de este paso, un total de dos mil 556 combatientes entregaron 850 armas.

Asimismo, seis mil 400 dirigentes y militantes políticos clandestinos pasaron a la vida legal y aportaron al país en distintas áreas como la política, institucional, académica, social y comunitaria.


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