Los refugiados fueron trasladados a Taranto, una localidad italiana próxima al mar, donde esperan conocer si serán deportados o enviados a un centro de refugio.
La Guardia Civil, a bordo de la embaración Río Segura, interceptó a 276 refugiados que se encontraban a la deriva en aguas italianas y que huían de sus zonas residencias en busca de mejores condiciones de vida. La operación Frontex en el Mediterráneo central forma parte de la agencia europea de control de fronteras.
En el transporte en el que viajaban los refugiados se trasladaban unos 102 hombres, 28 mujeres, una de ellas embarazada, y unos 146 menores de edad, según lo informado por la Dirección General de la Guardia Civil.
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El hecho se produjo luego de que un avión de la Guardia Costera italiana visibilizara, a unas 170 millas del sur del mar territorial, un pesquero de 22 metros que se encontraba en alta mar.
La tripulación del buque oceanográfico Río Segura, que trabaja en la operación Frontex de la agencia europea de control de fronteras, evacuó a los refugiados del pesquero que terminó por hundirse.
Los refugiados fueron trasladados a Taranto, una localidad italiana próxima al mar, en donde recibieron agua y alimentos.
El futuro de estos ciudadanos es incierto y están a la espera de la decisión de las autoridades sobre su destino, bien sea deportarlos a sus lugares de origen o trasladarlos a campamentos de refugiados donde, al igual que miles de personas, opatarán por el trámite formal de la petición de asilo. Quienes quedan en este limbo acrecientan sus penurias porque el acceso a alimentos y servicios básicos es mínimo.