El aumento de los precios de la carne en los últimos dos meses en Argentina, podría afectar la dieta de los habitantes de este país suramericano, considerado el mayor consumidor de este producto alimenticio en el mundo con 60 kilos por persona al año.
Los efectos de esta subida de los precios comienzan a sentirse entre los argentinos, mientras que autoridades del Gobierno afirman que es difícil controlar los precios y, en cambio, aseguran que serán los consumidores quienes se deban adaptar.
El ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, apuntó días atrás que "se hace difícil controlar carnicería por carnicería" y "queda hacer concientización y trabajar sobre el consumidor. Si se tiene que abstener de consumir, que lo haga".
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En tanto, algunos carniceros explican que los supermercados especulan con los productos y esto influye en los comercios más pequeños.
Diego Salvo, dueño de una carnicería situada en un barrio de Buenos Aires donde se ubican los principales frigoríficos, aseguró que los supermercados "están abusando" y las carnicerías más pequeñas "tienen el problema de tener muy poca venta y con la poca carne que trabajan quieren ganancias".
Otros comerciantes aluden el reciente aumento de los servicios de electricidad y otras acciones del recién electo mandatario Mauricio Macri como las causas del problema.
Al respecto, el vicepresidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la Ciudad de Buenos Aires, Alberto Williams, advirtió que "el incremento en la tarifa de la luz anunciado por el Gobierno no lo va a pagar el carnicero, va al consumidor".
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