El máximo líder de la iglesia católica expresó pesar por los numerosos casos de inmigración que se reportan a diario en Europa, durante un mensaje enviado al obispo de la isla italiana de Lampedusa (sur).
“Un año después, el problema de la inmigración se agrava y otras tragedias se suceden a un ritmo rápido", enfatizó el papa tras cumplirse un año de su vista a Lampedusa.
En julio de 2013, Francisco viajó a Roma para conmemorar la cruel travesía de cientos de inmigrantes africanos fallecidos, cuando intentaban atravesar el Mediterráneo rumbo a Europa.
"Nuestro corazón soporta mal la muerte de nuestros hermanos y hermanas, quienes se enfrentan a extenuantes viajes para huir de los dramas, de la pobreza, de las guerras, de los conflictos, a menudo vinculados a las políticas internacionales", sostuvo el papa durante una omilía en El Vaticano.
El pasado domingo la marítima italiana asistió a una embarcación cargada de refugiados a bordo, en la que descubrieron 45 cadáveres. Otros refugiados denunciaron el miércoles la desaparición de unos 80 inmigrantes en el viaje.
En este sentido, el sumo pontífice llamó a los gobiernos de Europa a no ver la inmigración con indiferencia. "Espero que las instituciones competentes, especialmente a nivel europeo, sean más valientes y generosas a la hora de acoger a los refugiados".