Miles de residentes del norte de Londres fueron forzados a abandonar sus apartamentos el viernes por la noche después de unas comprobaciones sobre la seguridad de incendios realizadas tras el mortal incendio en la torre Grenfell que arrojaron que sus edificios no eran seguros.
Unos 600 edificios de Inglaterra han sido comprobados después de que un incendio destruyese una torre de viviendas sociales en el oeste de Londres la semana pasada, y provocó al menos 79 fallecidos.
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El departamento de bomberos de Londres explicó que había hallado problemas de seguridad en Camden, en el norte de Londres, y aconsejó que los residentes deberían abandonar el edificio hasta que se resolvieran.
"Sé que es difícil, pero Grenfell lo ha cambiado todo", dijo Georgia Gould, líder del distrito de Camden, en un comunicado el viernes. "No creo que podarmos asumir riesgos con la seguridad de nuestros habitantes", manifestó.
La Policía que investiga la causa del mortal incendio en la torre de 24 plantas informó que el fuego se generó en un refrigerador, pero se extendió rápidamente por el revestimiento exterior del edificio.
Desde entonces, el revestimiento ha fallado en todas las pruebas de seguridad.
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El fuego se ha convertido en el centro de la ira pública contra el gobierno de la primera ministra Theresa May y los recortes de los presupuestos locales.
May busca asegurar su cargo tras haber perdido la mayoría absoluta parlamentaria en unas elecciones el pasado 8 de junio, y ha prometido hacer todo lo posible para proteger a los residentes que sobrevivieron al incendio y mejorar la calidad y seguridad de la vivienda pública en el país.