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Las negociaciones avanzan entre EE. UU. y Europa, pero el pueblo europeo se mantiene en las calles contra el acuerdo.

Las negociaciones avanzan entre EE. UU. y Europa, pero el pueblo europeo se mantiene en las calles contra el acuerdo. | Foto: EFE

Publicado 14 octubre 2015



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La parte europea espera que a finales de año se apruebe el pacto con Estados Unidos, pese a las numerosas críticas de varios sectores de la ciudadanía. 

Autoridades comunitarias informaron que la Unión Europea (UE) y Estados Unidos han avanzado en el  Acuerdo Transatlántico de Libre Comercio e Inversiones (TTIP, por sus siglas en inglés), un pacto cuyas negociaciones se han caracterizado por fuertes divergencias entre las partes implicadas. 

De acuerdo a la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, aunque las conversaciones se han tardado un poco, muestran signos progresivos en la actualidad. 

Destacó que en la undécima ronda de negociaciones, que tendrá lugar del 19 al 23 de octubre en Miami, EE.UU., el bloque de 28 naciones presentará una "segunda oferta sobre tarifas", apunta EFE. 

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Indicó que en la próxima reunión se tocarán temas como “el intercambio de oferta de servicios”. Además, indicó que estiman que a finales de año culminen todas las negociaciones del TTIP. 

El Tratado que ha recibido fuertes críticas, entre ellas las del secretario de Estado francés de Comercio, Matthias Fekl, quien catalogó a Estados Unidos como poco serio y no actuar de forma transparente en las negociaciones.

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En ese sentido, Malmström aseguró que ha hablado con él al respecto, al tiempo que señaló que a la Comisión Europea (CE) ha propuesto un nuevo enfoque que estamos discutiendo con los Estados miembros y la Eurocámara, y una vez que se haya hecho esto se llevará a la mesa para negociar con los estadounidenses", explicó.

Malmström señaló que ese asunto no se abordará en esta sesión, sino "probablemente en la siguiente, porque nos queríamos asegurar de que la propuesta europea estaba consolidada".

Grupos sociales europeos se oponen al TTIP

Desde que en marzo de 2014 comenzaran a filtrarse las primeras informaciones sobre el TTIP, sectores sociales en diversos países europeos se han opuesto a su concertación. 

Alrededor de 250 mil personas se manifestaron el 10 de octubre pasado Berlín contra el controvertido acuerdo, pues organizaciones no gubernamentales, grupos ecologistas, defensores de los derechos del consumidor y sindicatos, entre otros, temen consecuencias negativas en la protección del ambiente y los derechos de los trabajadores. 

Otras ciudades europeas como Bruselas, Berlín y Madrid también vivieron protestas contra el TTIP en esa jornada, pues miles de personas consideran que el acuerdo  aumenta el poder de las grandes corporaciones y dificulta que los Estados puedan regular los mercados en función de intereses comunes.

En contexto 
El TIPP uno de los tres grandes tratados y acuerdos económicos que están por aprobarse bajo el impulso de EE.UU., conocidos como los “Tres Grandes T”. Los otros son el Acuerdo en Comercio de Servicios (TISA), que abarca 52 países, y el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), aprobado recientemente por las 12 naciones miembros.
Según ha indicado la Comisión Europea, el TTIP tiene como objetivo alcanzar un acuerdo "razonable y equilibrado" entre la UE y EE.UU. para eliminar los derechos de aduana y elaborar las normas transatlánticas.
A pesar de las promesas de la CE sobre beneficios anuales del orden de los 120 mil millones de euros (una vez implementado totalmente el pacto en 2027), el TTIP recibe fuertes críticas procedentes de organizaciones políticas y sindicales en todo el bloque comunitario.
Los opositores al mecanismo consideran que pone en desventaja a la parte europea, pues las compañías norteamericanas tendrán entrada libre a los mercados europeos y podrán operar en él casi sin límites.
Además, sostienen que a los Estados estarán imposibilitados de remover los acuerdos que lo perjudiquen, lo cual degradaría el poder de los ejecutivos.
El convenio garantizaría a las trasnacionales, añaden, el mismo trato que reciben las empresas locales, incluido el acceso a subsidios, y les permitiría demandar a determinado Gobierno si este afecta los beneficios foráneos.

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