Una rama sunita del autodenominado Estado Islámico (EI), se atribuyó el ataque perpetrado por un mercenario extranjero que utilizó un coche bomba, en la ciudad petrolera de Ras Lanuf, en el este de Libia.
Horas antes, un atentado similar mató a más de 50 personas en un centro de formación de la policía en Zliten, ubicada a unos 170 km al este de Trípoli, aunque ningún grupo se adjudicó la autoría del mismo, destaca AFP.
Un hombre al volante de un vehículo cargado de explosivos causó la muerte de tres agentes de seguridad, un civil y cinco personas resultaron heridas, reseña EFE.
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El presidente del Parlamento en Trípoli y jefe de las Fuerzas Armadas afines a este gobierno, Nori Abu Sahman, exhortó a los libios a proteger las centrales petroleras de la nación africana.
"Todos los ciudadanos deben cumplir con su deber de informar sobre las actividades que constituyen un delito o amenazan a la seguridad", dijo Abu Sahman, al tiempo que encendió la alerta de sus fuerzas, por lo que se reforzarán las medidas seguridad.
Asimismo, hizo un llamado a a los trabajadores de instituciones y empresas, tanto públicas como privadas, a colaborar en esta tarea de la mano del Ministerio de Defensa libio.
La inestabilidad política que se vive en el país, tras el asesinato del presidente libio, Muamar Gadafi, ha facilitado que el grupo terrorista gane terreno, principalmente en Sirte, a 450 kilómetros de la capital, Trípoli.
Varios oficiales avisaron que el Estado libio podría quedar paralizado si los yihadistas logran hacerse con el control de los recursos concentrados en esa región, la llamada "media luna petrolera".
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