Al menos siete de los ocho españoles detenidos el viernes por pertenecer a una célula mercenaria ligada al autodenominado grupo Estado Islámico, fueron sentenciados a prisión el domingo por el juez de la Audiencia Nacional española, Javier Gómez.
De acuerdo con medios locales, el juez resolvió enviarlos a prisión tras constatar que además de impulsar un grupo extremista, portaban armas de manera ilícita. En total detuvieron a 13 jóvenes, entre ellos, cinco de origen marroquí, que están siendo investigados.
El grupo se dedicaba a adoctrinar, captar nuevos militantes para la organización extremista y a distribuir propaganda radical sobre el islam. Gómez dijo a la agencia EFE, que investigaban a los imputados desde junio de 2014.
El juez añadió que el presunto líder del grupo grabó varios vídeos en apoyo al terrorismo y colgó uno en su página de Internet, en el que preguntaba a su hijo de dos años qué quiere ser cuando crezca y él mismo se respondía: mercenario.
Goméz además constató mediante una conversación telefónica que este individuo afirma trabajar para el líder del Estado Islámico (EI).
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Esta célula está integrada por unas diez personas que constituyeron "un complejo entramado virtual en internet, mediante la creación de 52 perfiles en Facebook, Twitter, Google o Tuenti y que utilizaba en España la táctica del terror informativo", afirmó Gómez.
Reclutaban personas que luego ponían en contacto con un miembro del grupo que se encuentra en Turquía, y que se encarga de facilitar el paso a Siria para quienes desean integrar las filas del Estado Islámico.
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