Los “rayos de dolor” constituyen la principal novedad para los aviones militares AC-130J Ghostrider de fuego pesado que usa Estados Unidos, por medio de los cuales se disparará un haz de microondas.
Este haz provoca un calentamiento en la piel tan molesto que obliga al blanco a huir despavorido.
Según el portal Flighglobal, el Pentágono ha apostado por estas armas láser porque con las mismas brindan protección a los misiles y se pueden alcanzar objetivos individuales o masivos.
Al mismo tiempo, garantizan la destrucción de vehículos, embarcaciones, aeronaves pequeñas y sistemas de comunicación.
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El mismo sitio web divulgó que Estados Unidos estuvo trabajando en Lockheed Martin F-35 Joint Strike Fighter, que busca “disparar y matar” a sus enemigos desde una larga distancia, con el propósito de reemplazar la flota obsoleta antes de agosto de 2016, con la prueba en más de 3 mil aviones.
Tales inversiones se realizan después de que el Senado estadounidense aprobara en marzo pasado un proyecto de presupuesto para el 2016, que incluye un aumento del gasto militar de al menos 523 mil millones de dólares destinados al Pentágono, y con una considerable reducción del gasto social.
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