El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ofreció una conferencia de prensa en la que afirmó que "está abierto" a la posibilidad de recibir refugiados en su país.
El anuncio vino luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmara una orden ejecutiva que limita el ingreso de personas de determinados países, de mayoría musulmana, y de refugiados en general.
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En relación con la política filipina hacia los refugiados, Duterte puntualizó que se tendrán que realizar "algunos ajustes". Asimismo, consideró que "hay una razón convincente para que ofrezcamos santuario", ya que estas personas "no pueden ir a ninguna parte, solo enfrentarse a la muerte por hambre", añadió.
El mandatario aclaró que, de igual manera, cualquier iniciativa en ese sentido debía ser aprobada por el Congreso en primera instancia. Sin embargo, el presidente filipino apuntó que no tiene intención alguna de interferir en la política migratoria estadounidense, por lo que si los ciudadanos filipinos que actualmente están en situación irregular en EE.UU. son deportados, no tomará ninguna medida para defenderlos.
En referencia la política migratoria de Trump, aseguró que "si tiene políticas para proteger a su país, lo entenderé. Por respeto, no interferiré".