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Un grupo de maestros fue agredido brutalmente por la policía Federal cuando manifestaban para reclamar estabilidad laboral.

Un grupo de maestros fue agredido brutalmente por la policía Federal cuando manifestaban para reclamar estabilidad laboral. | Foto: Cuartoscuro

Publicado 3 marzo 2015



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Una de las cinco maestras abusadas sexualmente por la Policía en el estado de Guerrero, relató los hechos por medio de un comunicado que escribió desde la clínica donde se encuentra hospitalizada.

El integrante de la Comisión Política de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), Salvador Rosas Zúñiga, denunció que cinco maestras sufrieron abuso sexual por parte de elementos de la Policía Federal y la Gendarmería Nacional mexicana, además de que dos miembros del magisterio disidente siguen hospitalizados.

Testimonios de mujeres integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (Ceteg), divulgaron el relato de una de las mujeres que fue abusada sexualmente por funcionarios de la Policía Federal la noche del pasado 24 de febrero, cuando los docentes fueron desalojados del Bulevar de las Naciones de Acapulco.

La víctima quien se encuentra hospitalizada en una clínica de Cuernavaca, Morelos, escribió un comunicado en el que relató los hechos de aquella noche.

La docente dijo que durante la persecución los policías lograron alcanzarla, “me empezaron a golpear, yo caí, me levantaron y me llevaron a un lugar baldío donde desafortunadamente me violaron una y otra vez, hasta lastimarme y dejarme desmayada por tanto dolor”.

La docente fue encontrada por unos compañeros quienes la llevaron a la clínica donde aún se encuentra grave de salud.

En el escrito la maestra expresó: “aunque no me conoces, te comparto mi amarga experiencia y sólo te pido que me apoyes para que este acto tan aberrante no quede impune, lucha por mí pero de verdad, lucha como si fuera tu hermana a la que le hicieron esto”.

La profesional de la educación contó que al inicio la situación era relajada, “nosotros esperábamos que saliera el comisionado de Gobernación para que nos diera la hora de la llegada de las autoridades encargadas, de repente escuchamos que los policías decían un código '10-4', entre ellos, yo di la voz de alerta porque no sabíamos que significaba, alguien dijo que era peligro, quitaron la luz y enseguida comenzó la represión”.

Relató que algunos miembros lograron refugiarse en casas particulares, tiendas de autoservicio e incluso en una iglesia pero hasta de allí fueron sacados. 

“Nosotros entendemos que el Estado está desesperado porque quiere acallar nuestras voces pero desde aquí le decimos que nos pega a uno y se levantan diez”, concluyó.

El maestro asesinado de 65 años Claudio Castillo Peña (señor con el bastón)

Gobierno dice que aún no hay denuncia formal

El Gobierno mexicano dice que hasta el momento no hay una denuncia formal y hasta que eso no suceda no pueden hacer nada.

El Gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega Martínez, “lo primero que hay que hacer es tener siempre la cultura de la denuncia, no se ha presentado denuncia alguna en relación a posibles personas desaparecidas y posibles personas violadas”.

“Creo que vamos a iniciar una campaña hacia la ciudadanía, de la importancia de la cultura de la denuncia, no podemos permitir que de pronto llegue la delincuencia organizada y nos acostumbremos a que raptaron jóvenes y no pasa nada”, puntualizó el Gobernador.

Aparecieron diez maestros

Los integrantes de la Comisión Política de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), Antonia Morales Vélez y Walter Añorve Rodríguez informaron que una comisión interna de la organización lograron localizar a diez de los maestros que desaparecieron, sólo esta en duda el paradero de uno de ellos.

Sobre las denuncias que colocaron dijeron que lo harán en su debido momento, ya que las mujeres que fueron abusadas sexualmente aún están superando el trauma y esperan la decisión de ellas para proceder legalmente, sin embargo, está la muerte del profesor jubilado Claudio Castillo Peña, “alquien tienen que pagar por ello, eso no fue un desalojo fue una represión brutal”.


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