La Fundación para la Defensa Legal y Educacional de los Mexicanos-Americanos (MALDEF, por su sigla en inglés) interpuso una demanda federal contra la Asociación del Cementerio de Normanna, Texas, Estados Unidos, porque se niega a dar sepultura a ciudadanos que no sean blancos.
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La demanda alega que la asociación que administra el camposanto está violando la ley federal de derechos civiles mediante la aplicación de una regla que dicta "solo para blancos", dejando al margen a hispanos, personas de color, asiáticos y demás seres humanos que no encajen en el fenotipo. A los no-blancos que mueren en esa localidad les corresponde ser enterrados en un bosque próximo al cementerio.
El caso surgió a la luz cuando una ciudadana estadounidense blanca, llamada Dorothy Barrera, fue a enterrar a su esposo hispano. Pero el cementerio de San Domingo de la pequeña ciudad rural de Normanna aún conserva esta ley de segregación racial de antaño, lo que ha enfrascado a Barrera en una lucha de discriminación.
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En el documento de la demanda Barrera expone que cuando fue a enterrar a su esposo Pedro Barrera, el operador del cementerio le indicó que debía ir "por la carretera y enterrarlo con los negros y los mexicanos". La reacción de la Asociación del Cementerio apenas se enteró de la demanda en su contra fue la de retractarse y permitir a Barrera enterrar en el lugar a su marido.
No obstante, Marisa Bono, abogada de MALDEF a cargo del caso, apuntó que esta política en particular "es un símbolo de las tensiones raciales que aún existen en las comunidades rurales más pequeñas de Texas". Para ella, la pregunta que queda por contestar es si la práctica común del sur de esa entidad de mantener cementerios segregados en el pasado sigue siendo un problema actual.
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