La alianza racista alemana, Pegida, movilizó a más de diez mil personas en la ciudad de Desdre, Sajonia, para exigir una política migratoria más rigurosa contra los refugiados que intentan ingresar al país.
Por su parte, mil 300 manifestantes se concentraron para protestar contra el movimiento xenófobo que también recibe el apoyo de partidos como la populista Alternativa para Alemania (AfD).
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A mediados de la semana, la Canciller Federal de Alemania, Ángela Merkel, advirtió nuevamente sobre prejuicios contra los refugiados.
No obstante, las protestas violentas contra los refugiados causan cada vez más problemas; en la ciudad de Freiberg, también en Sajonia, alrededor de 700 funcionarios policiales tenían que proteger a los refugiados de 400 manifestantes racistas que atacaron los autobuses donde se trasladaban.
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Tres policías resultaron heridos cuando los manifestantes lanzaron fuegos artificiales contra los agentes y los autobuses con los refugiados.