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Este 20 de octubre Haití celebrará de elecciones presidenciales.

Este 20 de octubre Haití celebrará de elecciones presidenciales. | Foto: EFE

Publicado 16 noviembre 2016



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El nuevo Gobierno de Haití, la nación más pobre de América Latina, recibirá a un país con graves problemas como la destrucción de su infraestructura tras el terremoto de 2010, los destrozos del huracán Matthew, la inestabilidad política, entre otras.

El nuevo Gobierno de Haití tendrá como retos cruciales la reconstrucción de esta nación golpeada por el terremoto de 2010 y recientemente el paso del huracán Matthew, superar la inestabilidad política y alcanzar una solución para la migración hacia República Dominicana.

En octubre de 2015 se celebró la primera vuelta de las elecciones presidenciales en la que salieron como los más votados Jovenel Moise (32,7 por ciento) y Jude Celestin (25,2 por ciento). Sin embargo, la segunda ronda nunca se celebró y esos resultados fueron anulados.

La herencia de Martelly

En 2010 resultó electo el presidente Michel Martelly, quien durante su gestión ha dejado el terreno abonado para el próximo Gobierno, al alcanzar un incremento alentador del Producto Interno Bruto (PIB) de 3,5 por ciento y establecer alianzas de cooperación comercial especialmente con países latinoamericanos por medio de organismos como Petrocaribe, Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP).

En cinco años, el actual mandatario logró progresos en los sectores agrícolas, infraestructura, vivienda, y vialidad, así como la educación universal gratuita y obligatoria y la disminución de los casos de VIH.

Gracias a la alianza entre Haití y Petrocaribe fueron reparados 800 kilómetro de carretera destruidos por el terremoto. Asimismo, desde el terremoto en Haití un millón de personas se quedaron sin vivienda, sin embargo, en 2015 este número se redujo a cerca de 30 mil.

El dato→ Martelly no puede aspirar a un segundo mandato, pues esto no está contemplado en la ley de esa nación.

Sobre la pobreza y la reconstrucción nacional

En 2010 ocurrió el peor terremoto en esta nación en 200 años y sus efectos fueron devastadores. El seísmo de 7,3 grados dejó 222 mil 570 muertos, un millón y medio de damnificados y pérdidas materiales de 7 mil 900 millones de dólares, y Haití continúa tratando de recuperarse. 

Las esperanzas de cerca de 10,6 millones de haitianos caerán sobre un Gobierno que asumirá el poder en una nación donde 2,5 millones de personas no pueden cubrir sus necesidades básicas de alimentación y otro millón está en peligro de caer en la pobreza.

Esta situación es agravada por la desigualdad de ingresos, pues, según organismos internacionales, mientras el 20 por ciento de las población concentra el 64 por ciento de los ingresos totales del país, otro 20 por ciento más pobre solo obtiene 1 por ciento.

Además, Haití se ha visto afectada por una epidemia de cólera, que de acuerdo a datos del Ministerio de Salud de ese país, hasta octubre se han contabilizado 4 mil 722 casos de cólera, de los cuales 303 fueron mortales.

En octubre pasado, esa nación también sufrió los embates del huracán Matthew que dejó a su paso destrucción y se cobró la vida de más de 500 personas. 

El huracán Matthew que ha azotó el Caribe en los últimos 10 años, provocó la muerte de al menos 108 personas solo en Haití.

Frente a la migración hacia República Dominicana

Las relaciones entre ambas naciones caribeñas se encuentran en tensión, luego de que una decisión de la Corte Constitucional de República Dominicana en 2013 revocara la ley que concedía la nacionalidad a miles de haitianos indocumentados residentes en ese país y a sus hijos nacidos en esa nación

Seguidamente, República Dominicana puso como fecha límite el 17 de junio de 2015 para que estas personas de ascendencia haitiana pudieran establecer su residencia en esa nación si cumplían con una serie de documentación y requisitos, de lo contario serían deportados.

El dato: En 2015, el Ejército de República Dominicana devolvió  a más de 40 mil haitianos que intentaron cruzar la frontera de forma ilegal.

Por esto, en julio de ese año Haití denunció ante la Comunidad del Caribe (Caricom) reunida en Barbados, a República Dominicana por llevar a cabo deportaciones "masivas e indiscriminadas" de ciudadanos haitianos.

Para normalizar las relaciones con la nación vecina, Haití deberá atender la migración, las deportaciones y continuar con su lucha por defender los derechos humanos de estas personas que representan además, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), una fuerza de trabajo explotada en República Dominicana.

Inestabilidad política y salida de la Minustah

Haití es conocida como una nación con inestabilidad política e imposible de Gobernar. Un reflejo de ello, fue el derrocamiento del presidente Jean-Bertrand Aristide en 2004, más recientemente, en el 2014, la renuncia del primer ministro Laurent Lamothe en medio de protestas antigubernamentales.

Además, desde hace tres años este país se encuentra sin Parlamento debido a la imposibilidad de organizar elecciones por lo que Martelly ha gobernado por decreto, situación rechazada por numerosos partidos de oposición.

Asimismo, la participación popular en los comicios es considerada pírrica. Para la primera vuelta de las elecciones parlamentarias, más de cinco millones de haitianos estaban a convocados, sin embargo, la participación no superó el 20 por ciento.

Según Martelly, el Gobierno haitiano ve necesario “un plan de reconfiguración de la Minustah que tenga en cuenta la evolución de la situación sobre el terreno” y desea que continúe la retirada de efectivos “de manera progresiva y ordenada”.


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