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El secretario general del Hezbolá, Seyed Hasan Nasrolá, aseguró que la caída de Siria en manos de los grupos terroristas se evitó gracias a los esfuerzos del comandante asesinado Badr al-Din.
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Nasrola explicó que el comandante caído, con alta experiencia en la milicia, era responsable de las unidades militares y de seguridad de la Resistencia libanesa en Siria.
El secretario del Hezbolá señaló que Badr al-Din fue la única figura que insistió en ir a Siria para supervisar los combates de la Resistencia contra los grupos terroristas y extremistas activos en el país árabe.
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Recordó que Badr al-Din "desempeñó un papel clave junto a Emad Mugniye en la guerra de 2006 contra el régimen de Israel, antes de asumir diversas responsabilidades, que incluyeron el desmantelamiento de las redes de espionaje israelíes".
El secretario de Hezbolá, tras el asesinato, denunció que algunos medios árabes han iniciado una guerra psicológica contra el movimiento de Resistencia Islámica.
En Contexto
El movimiento chiíta libanés Hezbolá es, junto a las milicianos kurdos en el norte de Siria, uno de las principales aliados del Gobierno del presidente sirio Bashar al Assad en su lucha contra las fuerzas terroristas del autodenominado Estado Islámico (Daesh en árabe) y el Frente Al Nusra.
El Ejército sirio y los combatientes de Hezbolá emprendieron una operación a finales de junio de 2015 desde varios puntos contra Zabadani, y lograron evitar el ingreso de terroristas por cualquiera de estas vías a Siria.
El secretario general adjunto de Hezbolá, Sheikn Naim Qassem, afirmó que “Israel está en cabeza de nuestras prioridades y los movimientos takfiris son su brazo derecho”. Añadió que la lucha contra los grupos takfiris "forma parte de nuestro proyecto de resistencia contra Israel".
