• Telesur Señal en Vivo
  • Telesur Solo Audio
  • facebook
  • twitter
 Afirman que con la venta de Isagén, podría desatarse una privatización colectiva de las empresas del Estado.

Afirman que con la venta de Isagén, podría desatarse una privatización colectiva de las empresas del Estado. | Foto: laotracara.co

Publicado 13 enero 2016



Blogs


El Gobierno de Juan Manuel Santos ha intentado convencer al país, sin éxito, del “excelente negocio” que es vender la estatal energética.

Numerosas son las voces y los sectores que se oponen a la venta de la empresa estatal que responde por la quinta parte de la generación eléctrica para la nación suramericana, fuertemente afectada por el fenómeno de “El Niño”, al que ahora, a juicio de analistas y activistas, se suma el desastre de la locomotora privatizadora de Santos.

El senador del Polo Democrático, Jorge Enrique Robledo, escribe en una columna para el portal web Kienyke lo siguiente:

El Gobierno no busca privatizar a Isagen porque sea una mala empresa sino porque es muy buena, porque da excelentes utilidades y las dará aún mayores. Si no fuera así, nadie la compraría. La trasnacional que la compre no adquirirá hueso, sino carne de la mejor, entre otras razones, porque el capital privado solo compra bienes públicos que sean o puedan ser rentables. Por eso nunca se verá la privatización de una escuela en un barrio popular o la de una vía de escaso tráfico en una región apartada.

Para quienes se oponen a tal medida del Gobierno de Santos la venta perjudica el patrimonio colombiano y afecta el tema energético en medio del fenómeno de “El Niño”. Afirman que con la venta de Isagen, podría desatarse una privatización colectiva de las empresas del Estado.   

La polémica que ha generado en Colombia la venta de la rentable empresa ha tocado todas las esferas y el máximo comandante de las Farc, Timoleón Jiménez, Timochenko, también se pronunció sobre el hecho y aseguró que esta subasta llevará al país a un futuro desastroso.

‘Timochenko’ hizo la apreciación a través de su cuenta de Twitter @Timochenko_FARC:

 

Según el Ministerio de Hacienda, el valor del 57,61 por ciento de las acciones que el Estado tiene en Isagén actualmente alcanza los 6,4 billones de pesos (unos dos mil millones de dólares).

El economista Eduardo Sarmiento señala que “Isagen es una de las empresas más importantes del país. Su valor es de 9 billones de pesos y ha tenido un desempeño espectacular, pues ha crecido a razón del 10 por ciento durante diez años y sus utilidades han aumentado paralelamente. Fuera de eso logró aumentar su capacidad instalada en kilovatios – hora en un 40 por ciento”.

“Pero, lo que generó confusión en el Gobierno, es que las utilidades de la empresa se estancaron un poco en los últimos cinco años, aunque es normal cuando se hace una inversión que afecta la capacidad instalada en un 40 por ciento, tal como lo hizo Isagén en Hidrosogamoso, por lo que de inmediato afecta sus costos operacionales, y el efecto sobre los ingresos se ven en el futuro”, dijo

Con ese dinero el Gobierno dice que espera financiar grandes carreteras para modernizar las conexiones terrestres del país, algo definido por el presidente, Juan Manuel Santos, como "un gran negocio para los colombianos".

Pero prestigiosos columnistas como Antonio Caballero sostienen que Isagen es un patrimonio de todos los colombianos. Que es casi la única empresa del Estado perfectamente manejada, completamente saneada y altamente rentable que hay en Colombia, donde casi todas han sido privatizadas y saqueadas como los galeones del sigo XVIII por los privateers, los piratas ingleses. Es justamente por eso que varias multinacionales la quieren comprar: saben que en una década habrá generado ganancias iguales al precio de la compra. Y es justamente por eso que todos los economistas del país, salvo los que trabajan para el ministerio de Hacienda, se oponen a su venta: la consideran un pésimo negocio; y más ahora, cuando, tasada en pesos, vale en dólares un tercio menos que cuando se fijó el precio de venta: los compradores se ahorrarán más de 500 millones de dólares.

Diversos sectores políticos, sindicatos y ONG se oponen a la subasta e incluso han emprendido acciones legales para frenarla al considerar que el país perderá un activo estratégico.

Isagen tiene seis centrales eléctricas que suman 2.212 megavatios de potencia, de los que 1.912 megavatios corresponden a hidroeléctricas.

Sostiene el senador Jorge Enrique Robledo que además de la pérdida de los huevos de oro que significa la venta de Isagén, ganancias que de distintas maneras les llegan a los colombianos y que se incrementarán con la operación de Hidrosogamoso, la empresa no debe venderse por otras muchas razones, entre las que la Contraloría resalta tres.

Que el sector público gobierne a Isagen indica que controla o puede controlar el oligopolio que acapara la generación eléctrica. Su privatización puede –o debe–, encarecer las ya muy altas tarifas que se pagan en Colombia.

Se sabe que casi toda la generación hidroeléctrica del país –donde actúa Isagen– la ha construido el sector público. Porque las empresas privadas tienden a rehuir las inversiones cuando exigen montos muy altos, tiempos largos para entrar en operación y plazos amplios para recuperar lo invertido y hacer ganancias. Luego la privatización de Isagen deja al Estado sin un instrumento de importancia estratégica, insustituible para el incremento de la generación que se requiere.

Y la Contraloría afirma que, según el Documento Conpes 3760 de 2013, que sustenta el proyecto de las vías en las que se invertirán estos recursos, “4G no producirá ingresos financieros, por lo cual la venta de Isagen generará presiones adicionales a las finanzas públicas, puesto que (…) un porcentaje importante de los dividendos se giran hoy a la Nación”. El presidente de la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN), que manejará estas platas, explicó que “el propósito es que esas operaciones tengan un plazo de hasta 20 años, con un período de gracia de 8 años”. Con razón que a los banqueros privados no los entusiasma financiar estas obras.

Además, los extranjeros que se queden con Isagen enviarán al exterior las utilidades que genere y en las condiciones de la venta se establece que dentro de siete años podrán residenciarla en el exterior, con lo que ¡no pagarán impuestos en Colombia!

Así pues la decisión de Santos sumada a las numerosas concesiones a las multinacionales en el sector minero, agua y demás recursos naturales, se da en el mismo momento en que se negocia un acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC-EP. Para las voces críticas de la venta de la estatal, Santos va en contravía de las aspiraciones de los colombianos que buscan, con el acuerdo de paz, transitar el camino de la prosperidad, el bienestar, la justicia social y el desarrollo. 

Vea: Colombianos rechazan la privatización de Isagen y el sector energético


Comentarios
0
Comentarios
Nota sin comentarios.